El COI analiza quitarle las cinco medallas olímpicas tras su confesión de dopaje
“Mentí, fue una tontería increíble hacer esto”, expresó Marion Jones
La ahora ex atleta admitió haber consumido el esteroide sintético THG, conocido como el limpiador
Se arriesga a una pena máxima de cinco años de cárcel y una multa de 250 md
Ampliar la imagen Llanto de la estadunidense Marion Jones durante su comparecencia en la corte de White Plains Foto: Reuters
White Plains, 5 de octubre. Mientras el Comité Olímpico Internacional (COI) analiza quitarle las cinco medallas olímpicas, y los círculos deportivos estadunidenses se estremecieron, la atleta Marion Jones confesó ante la justicia de su país haber mentido a agentes federales que la investigaron sobre el consumo de sustancias prohibidas antes de participar en la justa veraniega de Sydney 2000.
La velocista, de 31 años, sospechosa de dopaje desde hace varios años, reconoció por primera vez haber utilizado el esteroide sintético THG, conocido como el limpiador, entre septiembre de 2000 y julio de 2001, y producido en los laboratorios de la Bay Area Laboratory Cooperative (BALCO) de San Francisco.
“En septiembre de 2000, antes de los Juegos Olímpicos de Sydney, (el jamaiquino) Graham –su ex entrenador– comenzó a abastecerme de una sustancia que me dijo ser una semilla de lino. La tomé hasta julio de 2001”, explicó Jones al juez de distrito, Kenneth Karas durante la audiencia.
“En noviembre de 2003 comprendí que se trataba de productos dopantes”, agregó, además de anunciar su retiro definitivo de las pistas. “Debido a mis acciones dejo el atletismo, un deporte que amo profundamente”, dijo mientras lloraba.
Al final de su comparecencia, Jones, acompañada de su madre, hizo una breve declaración a la prensa, en la que evocó la “vergüenza” que siente tras haber negado varias veces haber consumido dopantes. “Puedo decir que defraudé su confianza”, señaló.
“Admití ser culpable de dos declaraciones falsas a agentes federales. Fue algo increíblemente estúpido y soy plenamente responsable de mis acciones. Nadie más que yo tiene que censurar lo que hice”, destacó, y añadió que “fue grosero” lo que hizo.
La atleta pidió ser perdonada, aunque dijo entender que una disculpa “puede que no sea suficiente para mitigar el dolor que les he causado”.
Jones, reconocida por su talento en las pruebas de 100 y 200 metros planos, y en los relevos de 4x400 y 4x100, además del salto largo, se arriesga a una pena máxima de cinco años de cárcel y una multa de 250 mil dólares.
Y no sólo eso. El COI analiza despojarla de las cinco preseas (tres de oro y dos de bronce) que ganó en los Juegos Olímpicos de Sydney.
“Desde 2004 el COI tiene un expediente abierto sobre el caso BALCO. Puso en funcionamiento una comisión disciplinaria para investigar cómo el caso pudo haber afectado a las competiciones olímpicas”, dijo el organismo en un comunicado emitido hoy.
El límite de tiempo para quitarle una medalla a un atleta es de ocho años en el COI, el mismo de muchas federaciones deportivas.
Y mientras el New York Times sentenció que “la chica dorada no puede esconder la verdad”, el presidente del Comité Olímpico de Estados Unidos, Peter Ueberroth, dijo que “Marion Jones debe devolver las medallas olímpicas que ganó violando las reglas”.