Después del robo sin violencia, es el delito que más se comete en dicho transporte
Pone en marcha GDF el programa Acoso Cero contra el abuso sexual en el Metro
Destinarán un tercer vagón exclusivo para mujeres y más vigilancia, entre otras medidas
Los hombres no respetan; en horas pico no te salvas de una buena torteada: afectadas
Ampliar la imagen El jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard Casaubon, y el titular de la SSP-DF, Joel Ortega Cuevas, presenciaron un performance durante el arranque del programa Acoso Cero, en la estación San Lázaro del Metro Foto: María Meléndrez Parada
Después del robo sin violencia, el abuso sexual es el delito que más se comete dentro de las instalaciones del Metro: sólo en 2006 se denunciaron 395 abusos cometidos principalmente contra mujeres jóvenes, mientras que el número de reportes por robo fue de 402.
Con el propósito de persuadir a los hombres de no incurrir en este tipo de ilícito y castigar a quienes lo hagan, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, instaló ayer el programa Acoso Cero, con una campaña de difusión que se ampliará a otros transportes como el Metrobús y los autobuses de la Red de Transporte Público (RTP); la sistematización de la información sobre agresores sexuales de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP-DF) y la incorporación de unidades de RTP, trolebuses y un tercer vagón del Metro para uso exclusivo de mujeres.
Se utilizará la línea telefónica de emergencia 066 para atender casos de abuso sexual en el transporte público y contribuirán en esta tarea las cámaras de videovigilancia que se instalarán en los Centros de Transferencia Modal (Cetram) y la Unidad de Protección Ciudadana (UPC) de la policía capitalina creada exclusivamente para el transporte, además de que se sustituirán a 50 policías varones por mujeres en las líneas 1, 2, 3 y los Cetram de Pantitlán e Indios Verdes, entre otras acciones.
El mandatario capitalino, acompañado por el jefe de la policía, Joel Ortega Cuevas, y las titulares del Instituto de las Mujeres (Inmujeres DF), Martha Lucía Micher, y de RTP, Ariadna Montiel Reyes, viajó en Metro de la estación Zócalo a Bellas Artes, transbordó hacia Garibaldi donde inauguró escaleras electromecánicas, y de allí se desplazó a la estación San Lázaro para presentar el citado programa con la advertencia a “quienes no han entendido y creen que estamos jugando, que se van a meter en problemas serios, porque es un delito y no lo vamos a tolerar”.
Esto, luego de escuchar el testimonio de Erika Itzel Martínez Arellano, practicante del Instituto de la Juventud (IJDF) e integrante de la Brigada Entusiasmo Cívico que recorrerá los vagones del Metro difundiendo la campaña y regalando pulseras rosas a las mujeres con la inscripción “¡exijo respeto!” y negras a los hombres con el lema “yo respeto”:
“A las 8 de la mañana, mis tres amigas y yo nos dirigíamos al Colegio de Bachilleres; recuerdo que íbamos platicando y bromeando entre nosotras. Fuimos a la estación del Metro El Rosario. Ya en el vagón, mi amiga Elena sintió de pronto que una mano la iba tocando y al voltear vio que un hombre estaba con el cierre del pantalón abajo. Ella en voz baja nos dijo lo que le venían haciendo, todas enmudecimos y no supimos qué hacer o a quien acudir”.
“Y aunque hubo más pasajeros que vieron este acoso, nadie hizo nada. Algunos hasta se voltearon hacia otro lado o fingieron dormir. Lo único que se nos ocurrió fue bajarnos en la siguiente estación y aunque sólo una de nosotras había sido agredida, todas nos sentíamos con ira, impotencia, coraje y miedo”.
Sin embargo, algunas usuarias comentaron sobre este programa que el destinar uno o tres vagones del Metro a mujeres no es la solución, porque “nadie respeta la medida”, sobretodo en las estaciones con mayor afluencia y donde “no te salvas de una buena torteada o unos recargones”.
Según información del STC las estaciones más “peligrosas” son Pino Suárez, Martín Carrera, Balderas, Pantitlán e Indios Verdes, principalmente en las horas de máxima demanda, ante la gran afluencia de pasajeros y la necesidad de desalojarlos lo más pronto posible de los andenes, a fin de evitar accidentes.
La separación de mujeres de 6 a 10 horas y de 18 a 22 horas de lunes a viernes está vigente desde la primera administración perredista, pero “no se respeta y ha provocado que los hombres ingresen a los dos primeros vagones del Metro a hacer de las suyas, pues saben que nadie levantará una denuncia, por falta de tiempo, pudor y hasta miedo, por lo que la cifra negra es muy alta”, comentaron.
La situación es diferente en el Metrobús, donde 74 por ciento de las usuarias dijeron “sentirse más seguras” en su trayecto respeto de otro medio de transportación, según los resultados de una encuesta aplicada entre los pasajeros, quienes dieron una calificación de 8 al servicio, señaló su director, Guillermo Calderón Aguilera.