Los pastores tienen la obligación de orientar a los fieles, aun en política, dice
Apoya Rivera Carrera que sacerdotes puedan aspirar a cargos públicos
El cardenal Norberto Rivera Carrera aseguró que la misión de la Iglesia católica no puede supeditarse al interior de los templos y a la práctica del culto, pues los pastores tienen la obligación de orientar a sus fieles en todo lo que afecte sus vidas, incluida la política.
Al fijar su postura sobre el tema de la libertad religiosa, Rivera Carrera apoyó la iniciativa ciudadana de reformas constitucionales en la materia entregadas este jueves por el Colegio de Abogados Católicos al Senado de la República.
En un documento de 10 puntos apoyó la idea de que los ministros de culto puedan postularse como candidatos a cargos de elección popular, aunque aclaró que no tienen interés en ello, ya que el derecho canónico con que se rige la Iglesia católica lo prohíbe.
Asimismo, el arzobispo primado de México rechazó las limitaciones que tienen los ministros de culto de criticar las leyes y a los partidos políticos, pues señaló que se trata de una restricción incomprensible para una sociedad democrática.
“La libertad de expresión y de reunión o asociación es una garantía que brinda la Constitución a todos los mexicanos, y prohibir ese derecho a un ministro de culto, por el sólo hecho de serlo, constituye una clara discriminación por motivos religiosos”, subrayó.
El prelado afirmó que si bien la labor principal de los ministros de culto es acercar a los hombres a Dios y buscar la salvación eterna, no se pueden desentender de los problemas concretos de los hombres, pues los fieles cristianos están en este mundo.
Reiteró que cuando emerge una crítica de la Iglesia a algún partido político “es porque sus principios o plataformas electorales atentan contra los valores cristianos y el Evangelio, y ponen en peligro la salud espiritual de los fieles laicos”.
Rivera Carrera aclaró que cuando eso ocurre “no se trata de una intromisión política sino de una misión profética que es inherente a la misión pastoral de la Iglesia”.
Las opiniones de los pastores sobre temas nacionales, dijo, buscan “el bien común, salvaguardar los valores cristianos e inclusive defender a la sociedad de sí misma cuando pierde el rumbo, tergiversa los valores y empieza un camino de deshumanización y autodestrucción”.
Insistió en que con esas reformas la Iglesia católica no pide fueros ni privilegios, sino que a los ministros de culto se les trate con igualdad respecto del resto de los ciudadanos mexicanos y evitar que sean amenazados o perseguidos por profesar su fe o iluminar la realidad social desde los valores de la palabra de Dios.
“Se trata de respetar los derechos y libertades de los ministros de culto que hasta la fecha siguen siendo considerados ciudadanos de segunda, lo cual viola sus derechos humanos y los hace víctimas de una incomprensible discriminación religiosa”, concluyó.