Critican debilidad de México para apoyar migrantes
El relator especial de Naciones Unidas para los Derechos de los Migrantes, Jorge Bustamente, señaló que el gobierno de México ha sido “particularmente débil” en la defensa de los derechos de los connacionales que residen sin documentos en Estados Unidos, además de que ha dejado pasar el concepto de bilateralidad que debe existir siempre en la atención del fenómeno migratorio.
Al referirse a las redadas domiciliarias que cada vez con mayor frecuencia y en todo el territorio estadunidense realizan las autoridades contra los indocumentados, las comparó con las prácticas de la Gestapo alemana durante la Segunda Guerra Mundial, mediante las cuales los padres de familia son deportados y los menores –muchos de ellos nacidos en Estados Unidos– quedan en el desamparo.
El funcionario de la ONU participó ayer en el foro Nuestras relaciones internacionales en el mundo actual: temas y actores, organizado por El Colegio de México. Ante especialistas, académicos y estudiantes, Bustamante criticó severamente no sólo la inacción del gobierno mexicano, sino también la “indiferencia”, “apatía” y “hasta poca sensibilidad” que ha mostrado la sociedad mexicana ante esta trágica y difícil realidad que viven cotidianamente miles de familias de indocumentados que ven violados sus derechos humanos.
Añadió que todo eso ha contribuido también para que los derechos humanos de los migrantes “se hayan oscurecido en el radar de Estados Unidos”.
Por su parte, en conferencia de prensa posterior, el subsecretario para América del Norte de la cancillería mexicana, Carlos Rico Ferrat, calificó de “erróneo” señalar que el gobierno no está haciendo nada en favor de los derechos humanos de los migrantes, pues el país, como ningún otro en el mundo, tiene la mayor red consular, con 50 representaciones en todo el territorio estadunidense.
Reconoció que, comparado con las necesidades de atender a 12 millones de mexicanos que residen en aquel país, ese número resulta insuficiente, pero se trabaja arduamente en este terreno.
Aseveró que México está “atado de manos” para llevar estos casos a la Corte Internacional de Justicia, pues el gobierno de Estados Unidos no reconoce la jurisdicción de la misma, y para recurrir a ella es necesario que el país acusado esté de acuerdo en someterse a dicha instancia.