La reina del Pacífico: hoy se decide su situación jurídica
Sólida, la causa contra Ávila Beltrán: SIEDO
Ampliar la imagen En una vieja foto aparecen La reina del Pacífico –izquierda– e Ismael Mayo Zambada Foto: Ap
Noé Ramírez Mandujano, titular de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) de la Procuraduróa General de la República (PGR), afirmó que no son débiles las imputaciones que existen contra Sandra Ávila Beltrán, sino que, por el contrario, los señalamientos del Ministerio Público Federal se han traducido en órdenes de aprehensión.
Lo anterior, al responder a cuestionamientos de que las pruebas con las que se pretende llevar a juicio a La reina del Pacífico son endebles.
“No son débiles. En principio, porque hay dos resoluciones dictadas por jueces distintos y ambas han sido en el sentido de que había pruebas suficientes. Por un lado, se emitió una orden de detención provisional con fines de extradición hacia Estados Unidos por asociación delictuosa e importación y posesión de droga, con la intención de distribuir cocaína. Por otra parte, se libró una orden de aprehensión por delincuencia organizada, delitos contra la salud y operaciones con recursos de procedencia ilícita”, puntualizó.
Ramírez Mandujano señaló que independientemente de ello, “el Ministerio Público Federal cuenta con los recursos legales para impugnar las determinaciones que no le sean favorables”.
Por otra parte, fuentes oficiales revelaron que además de las acusaciones que ya existen contra Sandra Ávila Beltrán y su amante, Diego Espinosa Ramírez, El tigre, la SIEDO trabaja en coordinación con autoridades de Colombia y Estados Unidos no sólo para fortalecer los procesos penales existentes, que se relacionan con la incautación de más de mil toneladas de cocaína en el buque Macel, el cual fue asegurado en Manzanillo, Colima, durante 2001.
Los entrevistados refirieron que parte de las investigaciones también se relacionan con el pago de varios millones de dólares que Ávila Beltrán hizo en 2002 a cambio de que supuestamente liberaran a su hijo, quien en aquel entonces tenía 16 años y presuntamente fue plagiado en la ciudad de Guadalajara, Jalisco.
Ese acontecimiento fue una de las primeras apariciones públicas que hizo ante una autoridad Ávila Beltrán, ya que, de acuerdo con los funcionarios consultados, incluso se presentó ante el Ministerio Público a denunciar lo sucedido.
Por lo que hace a El tigre, la PGR ha obtenido información de que por lo menos desde 1994 Estados Unidos inició sus peticiones al gobierno colombiano para que fuera detenido y extraditado por narcotráfico.
Hoy quedará sujeta a formal prisión
Ávila Beltrán quedará hoy sujeta a formal prisión por su presunta responsabilidad en el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita (lavado de dinero), aunque hasta el cierre de esta edición el juez federal responsable de la causa aún valoraba si la dejará libre de los cargos de delincuencia organizada y contra la salud, por falta de pruebas contundentes para procesarla, revelaron fuentes oficiales.
Del contenido del expediente judicial relativo a este caso se infiere que la PGR aprovechó, sin dudarlo, los pocos testimonios acusatorios que se presentaron contra Ávila Beltrán, luego de que ella despertó envidias en sus cercanos colaboradores por su lujosa manera de vivir.
La hipótesis de la SIEDO con la que hoy se busca obtener el auto de formal prisión, se sostiene en el supuesto de que quienes conocían a la mujer, porque trabajaban con ella, no pueden estar equivocados en su apreciación de que los múltiples negocios y propiedades que poseía en todo el país son producto del dinero ilícito que le daba su novio, Juan Diego Espinosa Ramírez, para que ella lo lavara adquiriendo inmuebles.
Aunque esta teoría acusatoria tiene lógica, la PGR sólo acompañó en su pliego de consignación presentado hace cinco años a las autoridades judiciales testimonios indirectos que aportan indicios, mas no pruebas determinantes para obtener una sentencia condenatoria contra la inculpada. De acuerdo con las fuentes consultadas, el Ministerio Público Federal pretende aportar –si hoy logra que Ávila Beltrán sea procesada en tribunales mexicanos– mayores probanzas encaminadas a demostrar la culpabilidad de La reina del Pacífico.
Entre las pruebas que anexará la PGR al expediente destacan fotografías comprometedoras en las que departe con capos del narcotráfico como Ismael El Mayo Zambada e Ignacio Nacho Coronel, así como diversas documentales y periciales que demostrarían los vínculos de ella con cárteles de la droga que operan en México.
Durante esta semana, cuando se definirá la situación jurídica de la tijuanense, los únicos que pueden aportar pruebas son sus abogados defensores, ya que así lo marcan las leyes penales federales.
Cabe mencionar que aunque La reina del Pacífico lograra hoy librar los tres cargos que le imputó la PGR en 2002 –lo cual es muy poco probable, ya que por lo menos quedaría sujeta a proceso por lavado de dinero–, su excarcelación sería imposible porque aún enfrenta una orden de detención provisional con fines de extradición a Estados Unidos.
De hecho, ayer en el juzgado 18 de distrito se abrió el periodo de 60 días hábiles con los que cuenta la Secretaría de Relaciones Exteriores para presentar la solicitud formal de extradición contra Ávila Beltrán de parte de las autoridades estadunidenses.
El testimonio con el que busca sustentar la PGR los cargos penales contra La reina del Pacífico lo dio Paulo Alejandro Espinosa Rodríguez, sobrino de El tigre, quien en declaraciones aseguró tener conocimiento, por comentarios de terceras personas, que la mencionada pareja se dedica al narcotráfico, además de que ambos conocen a un sujeto de nombre Nacho (Ignacio) Coronel.
Este joven testigo declaró en su momento que su tío y su pareja sentimental, Sandra Ávila, se daban una vida de privilegio y ostentación, mientras Paulo y su familia tenía que vivir de las limosnas de El tigre.