Usted está aquí: lunes 1 de octubre de 2007 Cultura Comienza el 27 festival de danza contemporánea Lila López

La obra Human Imitations abrió el encuentro

Comienza el 27 festival de danza contemporánea Lila López

Arturo Jiménez (Enviado)

San Luis Potosí, SLP, 30 de septiembre. Aunque pareciera que no, que por momentos sólo estuvieran ensayando o cambiándose de vestuario, o incluso emitiendo sonidos guturales y hasta “dialogando” –una de las nuevas tendencias de la llamada danza teatro–, para Jyrki Karttunen todo lo que sucede en Human Imitations es coreografía.

Ayer, en el Teatro de la Paz, la compañía finlandesa Karttunen Kollektiv inauguró con esa obra controvertida y por momentos densa, pero más que interesante, el 27 Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López.

El festival, que concluirá el 16 de octubre, fue inaugurado por el gobernador Marcelo de los Santos, en compañía del coordinador Nacional de Danza del INBA, Marco Antonio Silva.

En Human Imitations el coreógrafo Jyrki Karttunen y cuatro bailarines parten del humor, la interacción con el público y la siempre riesgosa pero fértil apuesta por la experimentación, para abordar las dificultades de la incomunicación humana.

Estos imitadores humanos logran generar una realidad teatral paralela a la realidad real, con elementos nostálgicos, oníricos y fantasiosos.

Los recursos escénicos son ingeniosos aunque a veces, quizá de manera intencional o por fallas de montaje, se observan las costuras.

Como sea, ellos vuelan con o sin alfombra, o retan a la gravedad mediante el “invisible” sostén de unos a otros en la caja oscura.

También boxean, luchan, se ríen, se quejan, se burlan de ellos mismos, lo cual, bajo sus códigos, se transforma en el escenario en una sátira de la pomposidad, la crueldad y la elementalidad humanas.

Algunas claves más las proporciona el propio Jyrki Karttunen en una breve charla con los periodistas, después de la función:

“En 20 años de carrera muchas veces había estado como escondiendo cosas. Y en Human Imitations quería más bien mostrarlas, abrir el diálogo entre los bailarines y el público. Es como un juego entre los que bailan y el público.”

Karttunen y su compañía buscan abrir el concepto de movimiento y los códigos de la danza. “Podría pensarse que ésta es una pieza con coreografía, pero en realidad es coreografía toda ella. También el comportamiento humano está coreografiado”.

A él no le interesan los “trucos técnicos” porque es una forma de alejar a los bailarines del público. “Quiero la cercanía de las personas, como convivientes. Y eso busco de los bailarines con el público, que no los consideren objetos de admiración”.

Sobre el montaje dice: “La coreografía es muy abierta, hay secuencias muy abiertas, pero es justamente con el fin de dar espacio para jugar con los espectadores”.

Comenta que esperaba un poco más de reacciones del público en las situaciones humorísticas, aunque ello quizá se debió a que estaba muy concentrado.

Sucede que esta obra, estrenada en 2005 en Finlandia, fue concebida para espacios más pequeños, y el coreógrafo comenta que la de este día fue quizá la audiencia numéricamente más grande que haya tenido.

 
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