La exposición era impensable hace 15 años
Disfrutan los sudafricanos de la primera feria del sexo
Johannesburgo, 30 de septiembre. Los sudafricanos hacían fila el domingo para aprender sobre juguetes sexuales y bailes eróticos, en la primera feria del sexo celebrada en un país fundado por cristianos conservadores que aún mantiene muchos tabúes sexuales.
La exposición, similar a la que se celebra en Australia desde 1996, habría sido impensable hace 15 años, cuando Sudáfrica aún era gobernada por los descendientes blancos de los puritanos colonos holandeses y franceses.
Durante el apartheid o periodo de segregación, los funcionarios no sólo confiscaban pornografía traída del exterior por los viajeros, sino que incluso a veces arrestaban aquellos que trataban de importarla.
Los clubes nudistas no existían y las esposas, aunque abundantes entre los policías, no estaban forradas de piel como las que actualmente se utilizan en los juegos sexuales.
El fin del gobierno de la minoría blanca en 1994 y la promulgación de una nueva constitución –considerada una de las más liberales del mundo– trajo un torrente de pornografía.
Aunque las autoridades toleran el estilo de vida que poco a poco es más tolerante en el terreno sexual, aún son pocos los sudafricanos que discuten abiertamente el tema.
En tanto, Sudáfrica sufre una de las peores epidemias de sida del mundo.
Aproximadamente 12 por ciento de sus 47 millones de habitantes están infectados con el VIH, la mayoría negros. El sexo es la principal vía de transmisión de la enfermedad en una cultura en la que la dominación masculina rara vez es desafiada y la promiscuidad a menudo se tolera.
Cada día cerca de mil personas mueren de sida y otras mil 500 contraen el virus.
Entre la lencería erótica, los DVD pornográficos y los juegos sexuales, la Sexpo SA de Johannesburgo hizo espacio a un puñado de grupos de apoyo sanitario, entre ellos la organización de LoveLife Trust, que busca crear un programa nacional de prevención del VIH para la gente joven.
Silas Howarth, el sudafricano de 28 años que organizó la exhibición, dijo que alrededor de 40 mil personas pagaron la entrada de aproximadamente 5.76 dólares. Comentó que había planes de organizar actos similares en los próximos meses en Durban y Ciudad del Cabo.