Nick Broomfield, mejor director en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián
Mil años de oración, de Wayne Wang, se lleva la Concha de Oro
“No todas las historias tienen que ser best seller, ni tener a Brad Pitt o Angelina Jolie”, opina el director
San Sebastián, 29 de septiembre. El Festival Internacional de Cine de San Sebastián concluyó este sábado con la entrega de la Concha de Oro, el máximo galardón del encuentro, a la cinta A thousand years of good prayers (Mil años de oración), del director hongkonés Wayne Wang. La cinta también obtuvo la Concha de Plata al mejor actor para Henry O.
Los mexicanos no ganaron, pero sí hubo una mención especial en la sección Horizontes Latinos para la cinta mexicana Párpados azules, de Ernesto Contreras, y otra para Satanás, de Andrés Baiz, que si bien es colombiana su protagonista es el actor mexicano Damián Alcázar.
Al recibir el galardón a la mejor película, Wayne Wang, dijo que el mayor premio fueron los aplausos del público, “no todas las historias tienen que ser un best seller, ni tener a Brad Pitt o Angelina Jolie en el reparto. Estoy encantado de hacer esta película con Henry O, que tiene 79 años. Esta es una cinta que no atrae por la alfombra roja, por así decirlo, y eso es muy importante”.
El mejor director de esta 55 edición fue Nick Broomfield por su película Battle for Haditha; el galardón para la mejor actriz fue para la española Blanca Portillo, quien actúa en la cinta Siete mesas de billar francés. Esta película también se llevó el premio al mejor guión ex aequo para sus coautores Gracia Querejeta y Daniel Planell junto con John Sayles por Honeydripper.
Cine y poesía
El premio especial del jurado fue para Buda az sharm foru rikht, (Buda estalló por vergüenza), de Hana Makhmalbaf, quien en la entrega del reconocimiento señaló: “si el cine y la poesía no existieran la violencia nos habría convertido en las mayores bestias del mundo, porque quienes dominan el mundo nos permiten matarnos entre nosotros y que los jóvenes vivan en la violencia”.
El premio de la Juventud fue para la cinta Caramel, de Nadin Labaki, que también se llevó los 70 mil euros del premio TCM del público. La cinta La Escafandra y la mariposa (Le scaphandre et le papillon), del francés Julian Schnabel, obtuvo el premio Película Europea.
El Altadis-Nuevos directores se lo llevó Conrad Clark por Soul carriage. Durante la ceremonia Clark dijo que el cine “nos brinda la oportunidad de pensar y entender este mundo tan complejo en el que vivimos”.
El premio Horizontes, en la que participaban seis cintas mexicanas, fue para la uruguaya El baño del Papa, de Enrique Fernández y César Charlone. En esta sección, donde el premio es de 35 mil euros, 10 mil de ellos para el director y el resto para el importador en España, es en la que se realizaron las menciones especiales para Satanás y Párpados azules, que se presentó en el Festival de Biarritz y después irá a Japón y Brasil.
En la sección Cine en construcción, donde se proyectan cintas latinoamericanas que están en proceso de postproducción, los galardones fueron para Gasolina (que también se llevó el premio Casa América), Acné, Sol na neblina, y La Extranjera.
Recelo por Paul Auster
La entrega de la Concha de Oro a la cinta de Wayne Wang levantó cierto recelo, toda vez que el premiado codirigió las cintas Blue in the face y Smoke, con el presidente del jurado de la sección oficial, el escritor estadunidense Paul Auster. Sin embargo se distanciaron después de filmar esas películas y al parecer la reconciliación se dio aquí en San Sebastián.
La entrega de premios y el estreno mundial de Flawless, con Demi Moore como su presentadora en el escenario del Kursaal, pusieron fin a diez días de cine en Donostia.