Actuará hoy y mañana en el Lunario del Auditorio
Cuando canto me gusta revolver las vísceras: Martirio
Ampliar la imagen Martirio, durante su actuación en el fórum de Monterrey Foto: Marco Peláez
“Nunca me ha preocupado cantar mejor o muy bien. Hay mucha gente que interpreta muy bien… a mí me gusta hacerlo de una forma que remueva por dentro, que a base de estudiarme y de estudiar, no tanto el canto del pecho hacia arriba, sino del pecho hacia abajo, mover las vísceras, y echar una especie de fuego para la gente que me está oyendo, para que cuando salga del concierto salga renovada, igual que yo”, expresó en entrevista con La Jornada Martirio, quien con Son de la Frontera se presentará en el Lunario del Auditorio Nacional el 28 y 29 de septiembre.
En la terraza de la Casa de España, detrás de Catedral, el pasado martes, Martirio se quitó por un momento sus lentes negros, los cuales usa como parte de su personalidad y atuendo para recordar que ella fue, es, rocanrolera, rebelde. Comenzó su carrera artística en el grupo Jarcha, en 1981, cuando el grupo andaluz inició la búsqueda de aires más flamencos.
Folclor y posmodernismo
Ahí fue cuando nació Martirio, personaje creado por Maribel Quiñones que se caracterizaba por usar grandes peinetas, gafas oscuras y trajes que combinaban lo folclórico y lo posmoderno. En 1984, Martirio formó parte del grupo Veneno, liderado por Kiko Veneno y los integrantes de Pata Negra, Raimundo y Rafael Amador. Lanzó su primer disco, Estoy mala, en 1986. Este fue el primer intento de introducir y fusionar la copla española con el pop-rock.
En 1989 Martirio editó su segundo disco, Cristalitos machacaos, en el cual comienza a introducir pinceladas de jazz y blues en su reinterpretación de la copla. En 1991, dio a conocer su tercer disco, La bola de la vida y del amor. En 1994 editó He visto color, en el que le da la vuelta al género de las sevillanas al mezclarlas con blues, jazz, rap, pop, música árabe y swing.
En la plática con este medio, añadió: “La voz es la radiografía del alma… por lo menos de la evolución; detrás se descubren un montón de matices, mucho más que si cantas en un tono más alto o si haces muchos gorgoritos, o si eres capaz de ser un trapecista de la voz. A mí me interesa mucho más cantar con una voz grave, pero que te deje completamente quieto, parao”.
Para Martirio es una gran responsabilidad interpretar una canción, “sobre todo si es una canción magnífica que ha versionado mucha gente, cosa como Alma mía, de María Grever, que es una compositora que yo adoro. Tengo la suerte de que lo que hago no se parece a nada”.
Martirio, Lunario del Auditorio Nacional, 28 y 29 de septiembre, 22 horas, acompañada por Son de la Frontera, grupo nominado al Grammy Latino 2007 por mejor álbum de flamenco. Boletos en Ticketmaster, 5325 9000.