Expertos cubanos se conectarán desde la Biblioteca Nacional José Martí, en La Habana
Foro interactivo por la red para debatir sobre diversidad cultural
Debemos salvaguardar nuestra identidad contra las visiones hegemónicas, alerta periodista
La mexicana Claudia Gómez Haro, historiadora del arte, figura entre los participantes
La defensa de la diversidad cultural frente a visiones hegemónicas, el predominio de valores éticos y estéticos en oposición a enfoques comerciales, la salvaguarda de la identidad y la vinculación de la cultura con la preservación de la especie humana se presentan como asuntos de plena urgencia en el debate de ideas de nuestro tiempo, afirma el periodista cubano Pedro de la Hoz, en el foro en Internet La diversidad del patrimonio cultural mundial: expresión del tesoro cultural de los pueblos.
Proyectado por especialistas de Cuba como un espacio de discusión y reflexión, este viernes 28 de septiembre el foro será interactivo. A partir de las 11 horas (horario de La Habana, 10 horas en la ciudad de México), varios panelistas opinarán acerca del patrimonio cultural mundial, las políticas culturales de defensa, preservación y promoción del patrimonio, así como de los enemigos de esa riqueza.
Entre los intelectuales de esa isla del Caribe participarán el etnólogo Rogelio Martínez Furé; los especialistas en temas de patrimonio, José Linares, Daniel Taboada, Nilson Acosta e Isabel Rigor; Moraima Clavijo, directora del Museo Nacional; Eduardo Torres Cuevas, historiador y director de la Biblioteca Nacional, y Margarita Ruiz, presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.
Ellos se conectarán a la red desde la Biblioteca Nacional José Martí, en La Habana. Desde allí intercambiarán criterios con los colegas y público interesado. De otros países estarán en el foro Atilio Borón, Hildebrando Pérez Grande, Wendy Jessup, William Dupont (especialista en restauración de Estados Unidos), Claudia Gómez Haro (historiadora del arte, México) y Mar Ismenia Toledo (presidenta del Icomos-Venezuela).
Por auspiciar el debate
El foro, al que se puede acceder ya mediante la dirección electrónica www.foroscubarte.cult.cu tiene desde hace días una inten-sa actividad. Quienes ya han empezado a debatir sobre el tema, señalan que no sólo es pertinente sino impostergable incentivar intercambios como el que este espacio auspicia.
“La diversidad del patrimonio cultural mundial: expresión del tesoro cultural de los pueblos es una afirmación que debe traducirse en programa, conciencia colectiva, brújula política, instrumento legal y práctica consecuente y cotidiana”, escribe Pedro de la Hoz.
Agrega que largo es el rosario “de violaciones, olvidos, transgresiones y atentados contra el patrimonio y la diversidad culturales: saqueos de sitios arqueológicos, robo de piezas, mutilaciones, mercado negro, conforman un grave repertorio en el que los crímenes más horrendos, sin embargo, tratan de pasar inadvertidos por la manipulación mediática, como son las guerras de agresión y los etnocidios de las pasadas décadas, desde los tiempos del Tercer Reich a las invasiones a Afganistán e Irak.
“En el fondo, y a veces en la misma superficie, se advierte la lacerante contradicción entre las leyes ciegas del mercado, la búsqueda a toda costa de superganancias y el deseo de imponer un modelo único de dominación que garantice los privilegios de unos pocos a costa de la degradación de la mayoría por un lado y, por otro, la inteligencia, la racionalidad, la sensibilidad, el crecimiento espiritual y la cultura.
“Por citar un ejemplo reciente bastaría con desmontar la operación puesta en marcha recientemente para seleccionar las llamadas siete nuevas maravillas del mundo.”
Negocio colosal
“Con un fin en apariencias noble –prosigue De la Hoz–, una organización privada denominada New Open World Corporation (NOWC) lanzó desde 1999 una convocatoria para remplazar a las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, a partir de que la mayoría de aquéllas, salvo la pirámide de Giza, en Egipto, no había sobrevivido a la modernidad.
“Aun cuando sus promotores, encabezados por el suizo Bernard Weber, hayan jurado que no los animaba en modo alguno el afán de lucro, lo cierto fue que, con el pretexto de sufragar la campaña, desplegaron las artes de la mercadotecnia para vender toda clase de objetos y souvenirs, y asegurar jugosas regalías producto de las negociaciones con los medios de comunicación.
“Nadie puede discutir que exacerbar la competencia mediática, al estilo de la carrera hacia el Óscar o la elección de Miss Universo, en un tema tan serio y peliagudo como el del patrimonio cultural es una conducta aberrante, sólo explicable en términos de la magnitud de las ganancias en un negocio colosal (…) A final de cuentas, la NOWC no podrá –ni está en sus verdaderas intenciones– contribuir de forma significativa y duradera a la preservación de los sitios elegidos.
“La defensa de las identidades de los pueblos, las comunidades y de todos y cada uno de los seres humanos nos convoca como parte de la batalla por transformar el mundo y salvar a nuestra especie.”