Usted está aquí: viernes 28 de septiembre de 2007 Sociedad y Justicia Definen tipologías de la violencia intrafamiliar

Alcoholismo, pobreza y analfabetismo, entre las causas

Definen tipologías de la violencia intrafamiliar

Terapeuta analiza miles de casos de mexicanos en EU

Laura Poy Solano

Ampliar la imagen Para elaborar su estudio, Welland analizó miles de casos de agresores latinoamericanos, a quienes las cortes de California obligaron a someterse a terapia Para elaborar su estudio, Welland analizó miles de casos de agresores latinoamericanos, a quienes las cortes de California obligaron a someterse a terapia Foto: Ap

La violencia intrafamiliar es un problema social frecuente tanto en México como Estados Unidos, pero conocemos poco de este fenómeno entre las clases media y alta de ambas naciones debido a que estos sectores presentan menos denuncias que las mujeres en condiciones de pobreza.

En el caso de las mujeres migrantes, es “muy evidente que no están tolerando que el abuso físico o verbal continúe”, afirmó Christauria Welland, coautora del libro Sin golpes: ¿cómo transformar la respuesta violenta de los hombres en la pareja y la familia?

Para reunir el material de este trabajo, la especialista analizó miles de casos de hombres violentos de origen latinoamericano (particularmente mexicanos), a quienes las cortes de California, Estados Unidos, ordenaron someterse a tratamientos para prevenir agresiones intrafamiliares.

“Se detectó que existe un patrón del hombre violento, pero también que es posible superar muchos problemas de la violencia en pareja si se sigue una terapia adecuada”, señaló.

En entrevista con La Jornada, Welland señaló que la violencia en pareja es resultado de múltiples causas, aunque “investigaciones recientes han coincidido en señalar que existen determinados factores de riesgo como alcoholismo, pobreza, ba-ja escolaridad, el llamado apego inseguro (relación con los padres) y, en particular, tener un historial de abuso infantil, pues si de niños presenciamos que nuestro padre golpeó a nuestra madre, se cruza una línea que muchos expertos han considerado como uno de los factores más graves, pues se asume que está permitido golpear a las mujeres”.

Perfiles agresivos

La terapeuta agregó que existen por lo menos cuatro tipos de hombres violentos. El primero es denominado hombre cobra; es aquel que presenta una patología severa y en muchos casos desarrolla una personalidad “criminal, pues es muy peligroso porque no desarrolla empatías y le es casi imposible ponerse en el lugar de otra persona. Otra de sus características es que utiliza la violencia para dominar, humillar y maltratar a la pareja y a cualquier persona de su entorno, aunque es perfectamente consciente del daño que ocasiona”.

El segundo tipo es el hombre que sólo es violento dentro de su familia, aunque suele mantener relaciones dependientes; es pasivo-agresivo y no tiene habilidades de comunicación. “Este es, quizá, el tipo más común entre los casos atendidos en el estudio con migrantes, ya que se detectó que su violencia es producto de un profundo enojo y falta de control, pero no presentan un cuadro patológico perturbador.”

En cuanto al tercer tipo de agresor, la especialista precisa que es aquel que tiene una personalidad limítrofe y un cuadro patológico, aunque no es criminal.

“Por lo general sufre de depresión y ha sido víctima de abuso infantil, por lo que desarrolla relaciones de mucha dependencia y tiene personalidad insegura; existe mucho temor al abandono, aunque se caracteriza por ser muy controlador y ejercer, más que violencia física, emocional. El peligro que se enfrenta en este caso es que de no recibir tratamiento, este tipo de hombre violento puede acabar asesinando a su pareja, aunque por motivos muy distintos a aquellos hombres que pertenecen al tipo uno”.

Por lo que hace al cuarto tipo, Welland refiere que se trata de un hombre menos violento que el tipo uno, pero más agresivo que el tipo dos, porque puede agredir a las personas que no son de su núcleo familiar. Señala que en este caso puede haber buenos resultados para salir del círculo de la violencia si sigue un tratamiento, porque –en general– terminar con la violencia intrafamiliar requiere un enorme esfuerzo y voluntad para no recaer en la agresión física, verbal o emocional.

 
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