Escasa tolerancia política en México, revela estudio
Violencia en AL impulsa a justificar golpe militar
La mitad de la población de América Latina justificaría un golpe militar debido a las condiciones de violencia criminal, señala el Barómetro de las Américas, documento que ubica a México como uno de los países más corruptos de la región, con creciente criminalidad y desconfianza ciudadana en las instituciones judiciales y los órganos de justicia.
El estudio, que incorpora datos sobre la situación en que se encuentran las democracias en 22 naciones latinoamericanas, asegura que la legitimidad de los gobiernos en el hemisferio representa uno de los principales retos para los mismos países.
Dado a conocer de manera simultánea en toda la región, el análisis también ubica a México con uno de los niveles de tolerancia política más bajos, a nivel inferior que naciones como Guyana, Haití, República Dominicana y Jamaica.
Es decir, los niveles de compromiso de los mexicanos con la democracia y de tolerancia política representan un reto para la estabilidad democrática nacional.
Y aunque la confianza de los ciudadanos de la región en las instituciones democráticas varía mucho, en términos generales las que reciben menos confiabilidad, en orden descendente, son las policías, los tribunales de justicia, las legislaturas y al último los partidos políticos.
Los ciudadanos que se perciben en peor situación económica presentan niveles más bajos de confianza y apoyo al sistema democrático y de participación, destaca.
Sobre la legitimidad que los ciudadanos dan a sus respectivos gobiernos, los resultados para Canadá fueron 68 puntos, Estados Unidos 64, Costa Rica 50, Uruguay 46 y México 41. Los países con el menor puntaje son Ecuador, Bolivia, Paraguay, Nicaragua y Haití.
Financiado parcialmente por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y el Centro para las Américas de la Universidad de Vanderbilt, el Barómetro sugiere que la corrupción desgasta la calidad de la democracia, ya que impacta las percepciones, la justificación de esa actividad y la disposición a apoyar de los individuos, lo cual puede transformarse en una erosión de la legalidad en México.
“Sin duda, la corrupción es uno de los temas importantes y urgentes de la agenda nacional”, afirma.
Otro problema serio en muchos países de la región, incluido México, es la criminalidad. Los datos de la encuesta dada a conocer ayer señalan que los mexicanos siguen experimentado inquietud y angustia por su exposición al delito y la de familiares y amigos.
La tasa de victimización creció aquí casi tres puntos sobre la de 2004; en términos comparativos, la exposición al delito es bastante alta en México, ya que solamente es mayor en Perú, Chile y es igual en Ecuador.
Hay teorías de las ciencias sociales que sugieren que los ciudadanos que han sido víctimas de criminales están más dispuestos a violar el estado de derecho en su intento de castigar a los delincuentes.
Los datos de la encuesta comprueban esta hipótesis: haber sido víctima conduce a un aumento en el respaldo a procedimientos extrajudiciales, lo cual no ayuda a la consolidación de la democarcia mexicana.
Sin embargo, una de las grandes deficiencias del Barómetro en el terreno político-electoral es que la encuesta de campo se levantó en México entre el 6 y el 29 de junio de 2006; es decir, días antes de las elecciones presidenciales del 2 de julio, cuando se acrecentó la polarización social, la falta de credibilidad en las instituciones electorales y el desencanto con la democracia en un amplio sector de la sociedad mexicana.
La misma encuesta reconoce que el apoyo de los mexicanos al sistema político, ya de por sí cuestionado en el país, pudo haber disminuido en el ambiente poselectoral de 2006, y haber producido mayores mermas en algunos rubros como la credibilidad en las elecciones y en los valores democráticos.