Desde Puebla vigilarán el clima global
El Climate Institute, con sede en Washington DC, anunció que en el volcán Sierra Negra, en Puebla, se ubicará el primer Centro nacional de vigilancia climática global de gran altitud “Crispin Tickell”, que permitirá monitorear el efecto de los gases de efecto invernadero (GEI), el deterioro de la capa estratosférica de ozono, las partículas suspendidas y la radiación solar ultravioleta.
Durante la presentación del proyecto se informó que la instalación de este centro es significativo, porque es la primera vez que México ocupa un lugar destacado en el mapa de naciones preocupadas por vigilar los signos vitales del cambio climático en la atmósfera, llenando un “vacío crítico” de las redes mundiales, que tradicionalmente ha sido operada por países del G-8.
Pionero
Luis Roberto Acosta, director del organismo para América Latina y el Caribe, informó que el centro se situará a 4 mil 581 metros sobre el nivel del mar, muy cerca del Gran Telescopio Milimétrico del Instituto de Astrofísica, Óptica y Electrónica, “para conformar el cluster científico de gran altitud más importante de México y América Latina”.
En entrevista, dijo que el observatorio es el primero en su tipo en la región y quedará integrado a las redes de vigilancia climática de mayor importancia en la Tierra, para monitorear los gases de efecto invernadero, como bióxido de carbono, óxido nitroso, metano y clorofluorocarbonos.
Además, dará servicio a todos los países de la región y por la altitud en el que se instalará será el centro de vigilancia más alto del mundo, por encima del ubicado en la costa Este de Estados Unidos.
La primera etapa del centro, que operará de manera continua por más de 30 años, comenzará a partir de 2008 (50 años después de que inicio la vigilancia de GEI, en Mauna Loa) y requerirá una inversión de 1.9 millones de dólares, aportados por varios países.
En el mundo actualmente existen 21 centros de este tipo para el monitoreo climático global, pero en el continente sólo existen tres observatorios, instalados en Argentina, Brasil y Alaska.