Usted está aquí: viernes 21 de septiembre de 2007 Opinión El otro español

José Cueli

El otro español

Nuestra geometría de los enredos, de las eses, aritmética de telarañas, matemáticas del cómo dices, se expresa en un estilo que sin ser de elevada expresión tiene un regusto en el sonsonete psss, ¿qué passo eh? ¿En’tons qué onda carnal o qué de qué? ¿No hay fijón eh, ssi eh? ¿Eh no? ¿Si esss, si essssso esss, quesque hay que pagar? ¿Ya? ¿Pssss y ora? Y como gusta ese estilo, en essse, arrullo tierno, rítmico, cara de lado, párpados entreabiertos y rubor y mezcla de timidez y miedo tan pegajoso y con tal cadencia que dígase lo que se quiera es la expresión del enredo burocrático-político, económico-social con desigualdades, ¡que ya basta!

Y falta de agua, azucarillos y alcantarillados zarzuela enlodada y sobra de pago; diga la Academia lo que quiera y digan lo que se les antoje todos los descendientes por línea directa de Nezahualcóyotl, aunque nieguen que le dieron muerte y se perpetuen en San Juan Pantitlán Neza.

Estilo cadencioso en dos maneras: una cuando la cadencia es de verso, sea alburero y futurista, y otra cuando tiene cierta correspondencia en la mentada y junta la segunda parte del albur con la primera, que si la primera acaba en úntese la segunda concluya en póngase y si la caída de una es psss yaaa vasss, la de la segunda ess órale yaa vasss y ambas terminan el seseo de verbo alburero, excluido del discurso oficial anticonsonantes con vocales marcadas como onda hispana, a tal grado que se le conoce por la carencia del seseo que pierde en saliveo, pies y sílabas y hay que leer entre líneas mojarras, en segundo texto, en el silencio zigzagueante s schsssschssschss de las jícaras del rojo de queso de tuna, hoy se acabaron las cubas con mucho hielo y que al evaporarse también ssseseaban al burbujear, al toque de las largas cucharas como brazos infinitos adecuados a la profundidad de aquellos pozos petroleros, ¡oh aquellas cubas!, ¡qué cubas!

Que se perdieron por usar lenguaje oficial vocalista que no aceptó las fuertes influencias que le prestó la nueva cultura del ¿tóns’ss qué? elegida para el balbuciente labio, temblorosa lengua, seco paladar, estómago vacío, que se esfuerza para articular voces que lo ubiquen y lo definan, desde el enredo para enredarse, en los pliegues de las piernas de Valentina –siempre complicada–, pues al caminar también sesean, siendo seguro el enredo para toda la vida y por los siglos de los siglos amén, regrese mañana, psss essstá el maestro, ahoritita regresa, pss no, aquí no, en la ventanilla seisss, para que resuene triunfal un nuevo lenguaje basado en el sonsonete ssss ya!, ¿qué tráisss? prendido en la suspensión de ánimos y el embeleso, con el que se escucha el ssonson ssonbabaesss, a partir de lo cual, qué caso hemos de hacer de aquellos que con gusto académico destituidos del calor natural del trópico nos quieran imponer estilo y modo de escritores, en vez de seseos de orates, como si el país no fuera un manicomio, así con cariño, es decir, que además hay cadencia alburera y arrastrada, correspondiente a la sonora mentadera schhsssssuma que no hay duda que es de una singularidad admirable, ejemplo de un nuevo lenguaje balbuceado en el eco de los sonoros universales del lago de la Llorona shsh shsss sshhfffss…

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.