Felipe González, ex presidente del gobierno español, elogió al nuevo funcionario
Rafael Tovar “encaja perfectamente” para organizar los festejos de México
El ex presidente del gobierno español Felipe González, y embajador plenipotenciario para la celebración del Bicentenario de la Independencia en América, aprecia mucho al perredista Cuauhtémoc Cárdenas, pero en su opinión la personalidad de Rafael Tovar y de Teresa es la que “encaja perfectamente más allá de la política partidaria” para la organización de estas festividades en México.
Involucrado de lleno en las nuevas tareas que le confirió el Consejo de Ministros del gobierno español el pasado 27 de julio, González señala que “aparte de las meteduras de pata” que hagan personalmente españoles y latinoamericanos, las heridas están cerradas.
Durante su estancia de dos días en México, el presidente del gobierno español de 1982 a 1996 asistió a la presentación de Tovar y de Teresa como coordinador de los festejos y a la inauguración del Instituto Carso de la Salud, auspiciado por el multimillonario Carlos Slim.
En su nuevo encargo, explica a este diario, estará a disposición de los países que sucesivamente van a ir organizando actos de celebraciones para compartir, celebrar, y “si es posible ayudar en lo que sea”.
Como “curiosidad histórica” cuenta que hace cien años el gobierno de España también designó a un representante en estos festejos. Y en su caso, hace dos meses recibió la propuesta del presidente del gobierno español, el también socialista José Luis Rodríguez Zapatero, de ocupar el cargo que servirá para reforzar los lazos entre Madrid y Latinoamérica.
En relación con sus tareas en México, explica que el lunes hizo su “primera recepción de información” y considera que están bien enfocados, pero seguramente van a crecer respecto de las expectativas que “son muchas”.
Luego de tres coordinadores fugaces, Cuauhtémoc Cárdenas, Fernando Landeros y Sergio Vela, el representante español fue elogioso con Tovar y de Teresa, el cuarto encargado en menos de dos años. “Pareciera que hubiera nacido para ello”.
Por lo pronto, hace planes para “compartir la alegría que históricamente no era propia de los españoles. Hoy ya lo fue desde hace tiempo”.
Dice que le encantaría como “cosa personal”, que el segundo centenario de la Independencia sirviera para que América Latina pueda reflexionar cómo se inserta en el mundo actual, sobre sus rezagos y pendientes y cómo puede impulsar el desarrollo, la redistribución del ingreso, el crecimiento y el empleo.
Aspira así a que en esta celebración “hubiese una especie de gran diálogo para decir cuál es nuestro papel en el mundo. Cómo podemos mejorar”.