Se capacitará a un millón de personas en protección civil este sexenio: Moreno Brizuela
Carece de preparación para enfrentar desastres 70% de los capitalinos: ONG
Lamenta presidente de la RUPAD que sólo 28% de la población recuerde los sismos de 1985
A 22 años de los sismos, únicamente tres de cada 10 capitalinos están preparados para enfrentar una situación de emergencia y sólo la mitad están involucrados en labores de protección civil, siendo en su mayoría jóvenes de entre 18 y 29 años de edad, con estudios superiores, debido al clientelismo político que ha permitido una gran cantidad de asentamientos en zonas de alto riesgo.
El presidente de la Red Universitaria para la Prevención y Atención de Desastres (RUPAD), Mario Garza Salinas, explicó que a esa problemática se suma la persistencia de criterios a corto plazo para atender los desastres y la discrecionalidad de las autoridades en turno para dar continuidad a los programas de protección civil, provocando que exista una cultura operativa más que preventiva.
En la entrega de distinciones a personalidades involucradas en materia de protección civil que participaron en los programas de rehabilitación de la ciudad después de los sismos de 1985, Garza Salinas reconoció que “no existe una memoria de los hechos, lo cual ha derivado en la construcción de estructuras e infraestructuras altamente riesgosas como los segundos pisos, gasoductos y poliductos”.
Dicha situación ha impedido que la gente tome conciencia de la importancia de este tipo de fenómenos naturales y “hoy se tengan claroscuros en la materia”, pues sólo 28 por ciento de la población, de acuerdo con los resultados de una encuesta, recuerda la gran cantidad de muertos que dejaron los sismos del 19 y 20 de septiembre de 1985.
Mientras, 10 por ciento sólo tiene en la mente los edificios caídos, 8 por ciento la destrucción y dolor que produjeron y 4 por ciento dijo tener un familiar muerto a consecuencia de esos fenómenos, siendo las personas con mayores ingresos las que lo tienen presente, aunque la mayoría de los entrevistados consideró que las autoridades capitalinas están mejor preparadas para enfrentar una situación de esta índole, indicó.
Una ciudad preparada
A su vez, el titular de Protección Civil, Elías Miguel Moreno Brizuela, informó que seis mil inmuebles y más de 3 millones de personas participarán en el macro simulacro a realizarse mañana, 19 de septiembre, en la ciudad de México, lo que representa una acción extraordinaria porque, por primera vez, se evaluarán los resultados de este ejercicio.
Entrevistado momentos antes del primer Informe de Gobierno de Marcelo Ebrard, señaló que habrá gente de la administración capitalina dentro de los inmuebles para facilitar el desalojo y que éste se realice de manera adecuada, par que, al terminar el simulacro, se puedan sacar conclusiones y reforzar la cultura de la prevención entre la población, siendo un caso inédito en la historia de la capital.
“Nosotros tenemos prevista la posibilidad de que venga un sismo de gran intensidad, y la gente tiene que estar preparada, porque las perdidas humanas y económicas pueden disminuir hasta en 95 por ciento; en los 10 meses que llevamos de gobierno hemos avanzado enormemente en esta materia”, argumentó.
Al terminó de este sexenio se tendrá un millón de personas capacitadas en materia de protección civil y “una ciudad preparada para cualquier tipo de desastres, pues los fenómenos naturales tienen un comportamiento cíclico y en cualquier momento pueden presentarse”, señaló.
Por su parte, el Movimiento Urbano Popular (MUP) exigió la expropiación de todos los predios de alto riesgo existentes y la aprobación de un presupuesto por 6 mil 927 millones 120 mil pesos para la producción social de 14 mil acciones de vivienda nueva, 3 mil 700 en renta, 12 mil 300 ampliaciones e igual número de mejoramiento de casas habitación.
Mencionó que en la marcha que realizarán este miércoles de Tlatelolco a la Plaza de la Constitución demandarán asimismo la aprobación de una norma para facilitar la producción de vivienda en favor de los pobres de la ciudad y la derogación del bando 2, que generó la especulación y acaparamiento del suelo, facilitando la construcción de vivienda a la iniciativa privada y excluyendo a las organizaciones sociales.