En la provincia argentina de Salta son más de 200 los desaparecidos por la dictadura
Detienen a presuntos responsables del plagio en 1976 del gobernador Miguel Ragone
Buenos Aires, 14 de septiembre. Mientras la campaña electoral para los comicios presidenciales y generales en Salta invade todos los espacios, organismos humanitarios y familiares del ex gobernador de esa provincia Miguel Ragone, secuestrado y desaparecido el 11 de marzo de 1976 a sólo días del golpe de Estado del 24 de marzo de ese año, exigen verdad y justicia luego de la detención de dos presuntos responsables del hecho.
En esa provincia hay más de 200 desaparecidos de la pasada dictadura militar (1976-1983) y algunas víctimas del Operativo Independencia (1975) y de la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) que operó durante el gobierno de Isabel Martínez de Perón, depuesta por el golpe militar de marzo de1976. Pero se conoce de otros centenares cuyas desapariciones no se denuncian porque el miedo nunca se fue.
Ragone, a quien el pueblo peronista llamaba “médico de los pobres”, es el único gobernador desaparecido en el país. Llegó al gobierno provincial en la “primavera democrática” que también llevó a la presidencia a Héctor Cámpora, en 1973.
En 1974, Isabelita ordenó la intervención de Salta y otros gobiernos de peronistas zurdos (izquierdistas), como ella los llamaba: Oscar Bidegain, en la provincia de Buenos Aires; Alberto Martínez Baca, en Mendoza; Jorge Cepernic, en Santa Cruz, y Ricardo Obregón Cano, en Córdoba.
Precisamente el vicegobernador de Córdoba, el sindicalista Atilio López, fue asesinado por la Triple A en el contexto de esos golpes de estado provinciales. Ragone quedó en la mira de esta organización paramilitar, responsable junto con fuerzas de seguridad de su secuestro y desaparición.
El gobernador fue recordado en la reunión de Orán “por memoria, verdad y justicia”, que acaba de culminar exigiendo juicio y castigo para los responsables, en momentos en que se acaba de detener a un miembro de la Triple A en Buenos Aires vinculado con el crimen de Ragone.
En 2004 se logró reabrir esa causa y en las investigaciones se supo que hubo “orden superior para realizar el operativo, que fue avalado por el responsable del Tercer Cuerpo, general Luciano Benjamín Menéndez, y por el ex general Antonio Domingo Bussi, jefe del Operativo Independencia”.
En estos tiempos un ex policía, identificado por algunos medios como Víctor Hugo Viltes, relató en una reunión reservada ante funcionarios de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación detalles del secuestro de Ragone y al parecer pidió dinero para dar su testimonio ante los jueces.
Según el relato periodístico, los plagiarios “eran policías convocados mediante un radiograma para el operativo. Y aunque dio varios nombres se sospecha que sabe mucho más y que él mismo intervino. También hizo referencia a una fuerza contrainsurgente que actuaba como “Guardia del Monte”.
El día del secuestro en “zona liberada”, Ragone fue rodeado por varios automóviles, golpeado en la cabeza y hubo disparos ante la aparición de dos vecinos, testigos del hecho, y así mataron a Santiago Arredes, dueño de un almacén y hermano de un comisario, e hirieron a Margarita de Leal.
Los secuestradores asesinaron a Ragone y habrían arrojado su cuerpo –que nunca apareció– en el dique Cabra Corral, a 65 kilómetros de la capital de Salta, metido en una caja con cemento.
Ahora acaba de ser detenido en Buenos Aires el ex miembro de la Triple A Jorge Héctor Zanetto, enviado a Salta implicado en el asesinato y desaparición de Ragone.
Zanetto está detenido junto con otro acusado, el ex comisario Andrés del Valle Soraire, en la Gendarmería Nacional de Salta. Éste, detenido en Tucumán, era jefe de Guardia del Monte y está señalado como uno de los autores materiales del crimen.
También fueron recordadas en Orán dos matanzas, una de ellas en la vecina provincia norteña de Catamarca, cuando fueron ejecutados 16 guerrilleros del Ejército Revolucionario del Pueblo capturados por las tropas del ejército y la policía en una ruta de ese estado en agosto de 1974.
La otra es la matanza de Palomitas, cuando en julio de 1976 entre 14 y 17 presos de la cárcel de Villa Las Rosas en la ciudad de Salta, entre ellos varias mujeres, fueron sacados de sus celdas y trasladados en camión a un camino para ser ultimados.
En ambos casos las ejecuciones se atribuyeron a “enfrentamientos” inexistentes.
Por unos días, las historias de la represión en el noroeste fueron expuestas por víctimas, familiares y abogados en la pequeña ciudad de Orán, para “que no haya olvido”, junto a nuevas demandas de justicia.