Da informe detallado sobre el ahorro de los fondos destinados a partidos políticos
García Cervantes: “no se les da la aritmética” a personeros de la tv
Con las modificaciones legales, los gastos de campaña se reducirán casi la mitad, afirma
Ordena que se envíe a Televisa un reporte por escrito con la respuesta que había prometido
Con la reforma electoral que aprobó el Senado la noche del miércoles, en los comicios de 2009 los partidos políticos recibirán 800 millones de pesos para sus gastos de campaña ese año, en lugar de los 2 mil 670 millones que hubiesen gastado en los comicios intermedios si no se hubieran realizado las modificaciones legales, aseveró ayer el senador panista Ricardo García Cervantes.
Al dar respuesta pública a un funcionario de la Cámara de la Indus- tria de la Radio y la Televisión (CIRT) y de Televisa, que el martes pasado dijo en el Senado que “con la reforma los partidos tendrán más dinero público que habrán de gastar en menos días de campaña y el gasto electoral será mayor por día”, García Cervantes manifestó:
“La mentira se pretende convertir en verdad con una hoja que contiene un cuadro elaborado por alguien al que la aritmética no se le da. Me refiero a lo que me entregó el martes un funcionario de la CIRT y de Televisa, al cual ofrecí dar respuesta.
“Y desde aquí, desde la tribuna del Senado, le respondo: si la reforma no se aprueba, en 2009 los partidos políticos recibirán por financiamiento de campaña, a precios de hoy, 2 mil 670 millones de pesos, que divididos entre 71 días de campaña para diputados –en ese año se renueva la Cámara de Diputados– el gasto por día sería de 37.6 millones de pesos entre todos los partidos”.
Sin embargo, subrayó García Cervantes, uno de los principales negociadores de Acción Nacional en la reforma, con las modificaciones legales que ya se aprobaron en el recinto de Xicoténcatl, “en lugar de los 2 mil 670 millones de pesos los partidos solamente recibirán, para los comicios de 2009, un total de 800 millones de pesos, es decir, 70 por ciento menos. Y dividido entre los 60 días de campaña el gasto diario será de 13.3 millones de pesos, entre todos”.
De los 38 millones de pesos diarios que se destinarían a las campañas proselitistas en 2009 sin la reforma electoral dicho gasto se reducirá a 13.3 millones de pesos diarios, subrayó el legislador del partido blanquiazul, y cuestionó: “¿Quién dice mentiras? ¿Quién dice la verdad?”
Pidió a la mesa directiva del Senado que haga llegar al funcionario de la CIRT y de Televisa ese documento, en el que está la respuesta “que ofrecí darle”.
El legislador señaló que “el tema puesto de moda por las televisoras para fundar su crítica a esta reforma es ahora la contraloría interna del IFE. La semana pasada era la apasionada defensa de la inamovilidad de los consejeros electorales, de la que ayer ninguno de nuestros invitados se acordó siquiera”.
La reforma aprobada –subrayó el panista– reconoce el derecho a la réplica dentro del artículo sexto de la Constitución; se prohíbe la filiación, pertenencia y creación de partidos de manera corporativa o por asociaciones gremiales; se establece una nueva fórmula de financiamiento para actividades ordinarias de los partidos políticos; se reduce el financiamiento de las campañas electorales y se regula el financiamiento para actividades específicas.
Otras de las modificaciones son –detalló García Cervantes–: se establecen límites para la aportación de los simpatizantes y partidos; se garantiza el acceso a la radio y televisión a estos últimos sólo en los tiempos de los que dispone el Estado, ya que se instaura la prohibición para los institutos políticos y los candidatos, y para cualquier persona, de contratar propaganda en los medios electrónicos.
En Acción Nacional, aseguró, “no hacemos frente a deslinde alguno, ni siquiera de un punto o una coma; somos corresponsables de toda la propuesta, incluyendo aquello que hubiésemos preferido de otra forma o en otro tiempo. Que cada quien asuma su responsabilidad”.
Manifestó que por vez primera en la ya larga historia de las reformas electorales en México, el diálogo y la negociación se realizaron sin que el Ejecutivo federal fuese el punto referente y conductor del proceso. “Esta vez la mesa fue redonda, y sin cabecera”, concluyó.