Tiene cuatro veces más poder de destrucción que su similar estadunidense
Exitosa prueba rusa de una bomba de vacío
Moscú, 11 de septiembre. Rusia probó con éxito este martes la bomba de vacío más potente del mundo, equiparable por su capacidad de destrucción a un artefacto nuclear y que no causa contaminación radiactiva o química en la zona del impacto, con lo cual quitó a Estados Unidos la supremacía en la fabricación de ese tipo de armamento.
El general Alexandr Rushkin, subjefe del Estado Mayor del ejército, hizo el anuncio en el noticiario nocturno de ORT, el principal canal de la televisión pública local, que transmitió también imágenes de un bombardero estratégico TU-160 en el momento en que lanzó “el padre de todas las bombas”, como la bautizaron los militares rusos.
Desde 2003, la bomba de vacío más potente era la estadunidense MOAB (Massive Ordnance Air Burst, proyectil masivo de estallido aéreo), cuyo acrónimo empezó a descifrarse en el Pentágono como Mother of All Bombs, o madre de todas las bombas.
La bomba rusa lleva menos explosivos que la estadunidense (7.1 toneladas contra 8.2), pero usa un explosivo fabricado con nanotecnologías y más potente que el TNT. Por ello, el “padre” supera a la “madre” cuatro veces en capacidad de destrucción y 20 veces en superficie afectada.
El artefacto ruso genera una temperatura dos veces más alta en el epicentro de la explosión, lo cual aumenta su efectividad en cualquier espacio cerrado, sea edificio, búnker o cueva.
Las bombas de vacío –usadas para destruir refugios subterráneos por los ejércitos soviético en Afganistán y ruso en Chechenia– incineran todo lo vivo en la zona del impacto, al ser detonado el combustible pulverizado que dispersa para mezclarse con el oxígeno de la atmósfera, y ello se acompaña de una onda expansiva supersónica y altísima presión que devastan cuanta construcción exista en el radio de acción.