Corrida goyesca en Ronda
La plaza de la Real Maestranza de Caballería de Ronda es otra cosa. Punto y aparte de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Máxime cuando la corrida es la “goyesca”. Tiene alma, aroma, música. La plaza de Pedro Romero y el torero que nació en ella; Antonio Ordóñez, una nueva forma de entender la lidia de toros bravos diferente a la sevillana. Envuelta en el paisaje que recrea la tradición; trajes goyescos, caballos garbosos, cascabeles que repican, mujeres de generoso tetamen marmoleo y miradas incendiarias.
Plaza en la que cantara don Manuel Remis la pena y emoción de ronda “desde las salinas blancas hasta las sierras de Córdoba, desde el llano de Almería hasta Málaga, la ronca, desde la feria de Sevilla hasta Huelva, la jugosa, suena el agua de los arroyos y clama el aire en las hojas “Ay de Ronda”. Y se embebe el poeta en su cabalidad torera y canta “Ronda de piedra dormida, hermética y angulosa, con 100 capotes bordados sus azoteas adornan: con falsetas de “sonanta” y va cantándonos su historia mientras hunde sus veletas en el toro de la aurora “Ay de Ronda”.
Como lo bien toreado lo remataba el cantaor recreando la tradición “¡Fíjate Sevilla como recorta el señor Pedro Romero, en esta plaza de Ronda! Fundamento esencia, alma, emoción que nos ahoga, caballo del corazón que en el pecho se desboca. Iba yo por un camino y me tropecé con la copla: “Ay de Ronda… sin toreros y sin fama, cuando fuiste la emperaora”.
Voz de profeta del poeta, este sábado pasado, siguió la tradición en la corrida goyesca. En el cartel los nietos de Antonio Ordóñez acompañados de César Rincón que se despedía. Sólo quedaron los detalles a torero caro de Cayetano en los recortes, muy lejos de la fama de Ronda, la emperadora del toreo. En ambiente de fiesta salieron a hombros los tres toreros por la puerta grande de Pedro Romero. En el ambiente ese aire único de Ronda.