Recursos del Fonden deben canalizarse al rubro: experto
Proponen mejorar el cuidado de la fauna ante el embate de huracanes
Tras el paso del huracán Dean por territorio nacional, representantes de los tres niveles de gobierno han reiterado que México avanza en la aplicación de medidas para hacer frente a ese tipo de fenómenos; sin embargo, la fauna silvestre, el ganado, los animales de compañía y los que viven en zoológicos continúan estando fuera de los programas preventivos gubernamentales, pese a que con ese tipo de fenómenos pierden su hábitat, migran, sufren lesiones físicas, se estresan y, en incalculables casos, mueren.
El médico veterinario Eduardo Santurtún, encargado del equipo de rescate del Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat (IFAW, por sus siglas en inglés) para América Latina, está trabajando en las zonas afectadas de Quintana Roo y Veracruz por el ciclón, en particular en el zoológico de Payo Obispo, Chetumal, donde varias especies han perdido sus exhibidores y se encuentran todavía en sus refugios nocturnos, en espera de que las instalaciones sean rehabilitadas.
“Este zoológico tenía muchos árboles que fueron derribados por el huracán. Ahora los animales se encuentran en sus albergues nocturnos, donde difícilmente se pueden mover, porque suelen ser espacios muy reducidos. Tras un fenómeno de ese tipo los animales quedan nerviosos, con frecuencia respiratoria muy acelerada. Se estresan y lastiman, por lo cual requieren atención médica inmediata.”
Al destruirse los manglares y caer las hojas de los árboles, explicó, muchos animales, como los manatíes y los primates, que son herbívoros, se ven obligados a migrar en busca de alimentos, poniendo en peligro su vida. “De igual manera, se pueden ver cómo en busca de alimento animales como el jaguar o el mono araña se acercan a los asentamientos humanos, corriendo el riesgo de ser capturados o cazados”.
Agregó que el impacto de los ciclones en la vida silvestre se comienza a percibir a largo plazo, “pero de manera inmediata, en nuestras evaluaciones, pudimos encontrar animales débiles por falta de alimento, enfermos y heridos. En el caso de las aves migratorias, que hacen sus nidos en los manglares, al destruirse esos ecosistemas abandonaron el lugar”.
Por otro lado, en estados como Veracruz, donde la ganadería está muy desarrollada, la muerte de la fauna doméstica no sólo afecta el sustento de muchas familias, sino que daña el medio ambiente y representa un riesgo para la salud pública, “porque si bien son incinerados o enterrados, muchos son arrastrados por ríos sin ningún control sanitario ni ambiental”.
En el caso de la fauna silvestre, expresó, las medidas para prevenir el impacto de los huracanes son más complejas que para animales domésticos o en cautiverio. Para los primeros lo más urgente es conservar los ecosistemas, como los manglares, que no sólo representan una barrera contra la fuerza de este tipo de meteoros –los cuales la comunidad científica prevé que con el cambio climático cada vez serán más frecuentes e intensos–, sino que contribuyen a la conservación de las especies.
Respecto de las especies domésticas, de granja y de compañía, Santurtún exhortó a autoridades, organizaciones no gubernamentales y a la comunidad académica a tomar medidas preventivas, como construir refugios y rehabilitar las partes altas de las regiones vulnerables a ciclones para proteger a los animales que no pueden ser resguardados en los albergues para humanos.
“Muchas veces la gente no se quiere ir a los refugios para no abandonar a sus animales de compañía y de granja. Estos últimos, en gran parte de América Latina, son el sustento económico de muchas familias y fuente de alimento.”
Señaló que el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) debería destinar parte de sus recursos para proteger a los animales, porque éstos son “bienes de la población afectada y, por tanto, deberían ser amparados por ese instrumento financiero. De igual manera, los zoológicos deberían verse beneficiados con esos fondos para diseñar instalaciones que eviten daños en zonas vulnerables.