Indígenas desalojados de Montes Azules enfrentan cada día los aguaceros
Ayer, hacinados en un ex prostíbulo; ahora vivirán en una bodega sin servicios
Seis jefes de familia del grupo se encuentran presos, acusados de despojo y daño ecológico
San Cristóbal de las Casas, Chis. 6 de septiembre. Los 33 indígenas desalojados de Montes Azules en agosto pasado, a quienes el gobierno estatal mantenía confinados en un ex prostíbulo del municipio de La Trinitaria, fueron trasladados hoy por las mismas autoridades a la cabecera municipal de Ocosingo e instalados en una bodega vacía que la Asociación Rural de Interés Colectivo Independiente (ARIC-I) rentó al gobierno. Tanto las familias tzeltales como los organismos civiles que los acompañaron desconocen hasta cuándo permanecerán ahí y cual será su siguiente destino.
Su nuevo “refugio” es una gran nave vacía que carece de luz, tiene un escaso suministro de agua y –al igual que en el local de La Trinitaria de donde salieron hoy– las láminas del techo están rotas y el lugar se llena de goteras cuando llueve, o sea todos los días. Al momento de su arribo, al menos, carecían casi por completo de alimentos y cobijas, y sólo contaban con unas cuantas colchonetas que para colmo pertenecen a la delegación de gobierno correspondiente a La Trinitaria.
En tanto, los seis jefes de familia del grupo se encuentran en el Centro de Readaptación Social (Cereso) número 14 El Amate, de Cintalapa, acusados de diversos delitos como despojo, daño ecológico y portación de armas (al parecer de bajo calibre, o sea legales). Si bien el auto de formal prisión les fue dictado hace más de diez días, siguen en un área externa del penal, conocida como “Las 72 horas”, por el tiempo que se supone permanecen allí lo detenidos.
El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (CDHFBLC), que acompañó el traslado junto con miembros de Comité de Derechos Humanos Fray Pedro Lorenzo de Nada, con sede en Ocosingo, explicó que las 33 personas, 25 de ellas menores de edad, salieron a las 13:30 horas del local donde se encontraban en La Trinitaria desde el 25 de agosto, en un autobús pagado por el gobierno del estado y custodiados por policías estatales.
Se informó también que las autoridades chiapanecas enviaron un camión pesado con despensas y víveres, y que los indígenas quedan ahora bajo responsabilidad del delegado de gobierno en Ocosingo, Germán de la Rosa.
Luego de tres horas y media de viaje, el grupo llegó a Ocosingo y fue instalado en la bodega de la ARIC Independiente, donde permanecerá por tiempo indefinido, ya que las autoridades estatales no tienen ninguna propuesta acerca de su futuro.
El CDHFBLC notificó que De la Rosa ha invitado a los organismos no gubernamentales a una reunión para el 17 de septiembre, con el propósito de escuchar propuestas para definir la situación de los desalojados. El organismo que preside el obispo emérito de San Cristóbal, Samuel Ruiz García, dijo que las familias también fueron acompañadas en su recorrido por integrantes de la parroquia de Ocosingo y de la agrupación denominada Enlace y Comunicación.
Las familias indígenas fueron desalojados por policías federales y estatales, y personal de la Armada de México, de los poblados Nuevo San Manuel y El Buen Samaritano, en Montes Azules, el pasado 18 de agosto. Ese día los trasladaron en helicópteros a la cabecera municipal de La Trinitaria y los instalaron en un auditorio. Luego los llevaron a un salón de fiestas, y el 25 de agosto los colocaron en una casa de madera que antes funcionó como el prostíbulo y bar Las Vegas, situado sobre la carretera Comitán-Ciudad Cuauhtémoc, cerca del basurero municipal.
Luego de vivir en la selva durante 12 años en terrenos que son propiedad legal de la llamada comunidad lacandona, pero que ésta ni siquiera conocía, desde esta tarde se encuentran en la ciudad de Ocosingo, en una estación más de su largo e impredecible camino de regreso a ninguna parte (al menos por lo que a las autoridades toca).