Agricultores nacionales no están en condiciones de competir con los de EU
El optimismo del gobierno federal ante la liberalización comercial de maíz, frijol, azúcar y leche en polvo, a partir del primer día de enero de 2008, contrasta con la visión y vivencia de organizaciones sociales y campesinas que se oponen a que se cumpla lo pactado en el TLCAN. Durante años esos grupos han exigido la renegociación de su capítulo agrícola, sin que el gobierno en turno haya atendido la urgencia de la petición.
Para la Central Campesina Cardenista la apertura comercial pondrá en riesgo al campo mexicano y con ello la soberanía alimentaria, debido a que los productores no están en condiciones de competir con los estadunidenses.
A través de la Campaña Nacional en Defensa de la Soberanía Alimentaria y la Reactivación del Campo Mexicano, la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio (Rmalc) advirtió como efecto del TLCAN, en México se han perdido 2 millones de empleos en el sector agropecuario, y por lo menos 300 mil personas del sector rural migran cada año a Estados Unidos.
Asegu
La Red señaló que la liberalización comercial de 2008, además de poner en riesgo al campo mexicano y la soberanía alimentaria, representa la oportunidad para que los monopolios agroindustriales usen las tierras para sembrar maíz transgénico, pues no existe control sobre esa actrividad, y también se produzca maíz amarillo destinado a la generación de etanol en Estados Unidos.