La artista inaugura su exposición Cuentos para dormirse, en una galería de Polanco

Nathalie Regard propone la captura de algo tan inasible como los sueños

“l estar dormida hago preguntas sobre los personajes que aparecen”, indica

Participará en la colectiva Principio de incertidumbre, en el Fórum de Monterrey

Merry MacMasters

El sueño y su registro es un tema que permanece en la mente de la artista visual franco-chilena Nathalie Regard (Madrid, 1969), desde 1993, cuando empezó a escribir sus sueños a mano, sin imaginar que este ejercicio daría pie a la creación de obra. No obstante, eso se transformó en algo “vital”, de lo que ella como artista tenía que hablar.

Nacida en España, pero trasladada a Chile con su madre a los 10 años de edad, Regard arribó por “cuestiones políticas” a México, donde residió de 1992 a 1994, y de 1996 a 1999, y adonde regresa dos o tres veces al año. Con el tiempo, estas escrituras le han proporcionado un “centro”, con su identidad y sus raíces.

Ahora viene para inaugurar Bed time stories (Cuentos para dormirse), exposición que consta de una caja-objeto, una instalación, un video y cuatro pinturas, este miércoles a las 20 horas en la Galería Myto (Temístocles 23, Polanco). También participará en Principio de incertidumbre, muestra colectiva organizada para el Fórum Universal de las Culturas de Monterrey 2007, con tres piezas que serán exhibidas en el Centro de las Artes.

La caja negra, cuyo título da nombre a la exposición, también es su punto de partida, ya que contiene un centenar de pequeños libros donde, de 1999 a 2007, Regard registró casi a diario sus sueños, “empezando por el lugar donde me desperté y el día”. Según su estado de ánimo en el momento escribió en francés, español e inglés.

En su trabajo la entrevistada no siente relación alguna con corrientes artísticas anteriores, aunque en todo caso preferiría remitirse a Roger Caillois, “en cuanto a la vertiente de imágenes que trae lo mental, sin necesariamente darle formas”.

Descripción de un estado mental

Para Regard, el estado de conciencia tiene diferentes aspectos. Por un lado, la memoria “se entrena”. La artista se toma su tiempo: “Por ejemplo, no me despierto casi nunca con despertador. Yo sola me despierto antes para tener el espacio intermedio y acordarme dónde estaba (en el sueño)”.

Otro aspecto es la posición que uno toma. Contrario a querer controlar lo que sucede, la relación de Regard con el sueño se basa en la observación: “Quiero entender lo que pasa, cuando estoy dormida estoy consciente de que voy a registrar mis sueños, entonces, necesito saber qué voy a escribir. En el sueño hago preguntas para saber quiénes son los personajes que allí aparecen, de dónde vienen, de qué ámbito”.

En la exposición, la caja se hace acompañar de unos guantes para que el espectador pueda leer los libros si así lo desea. Para Regard, sus escrituras vienen a ser “residuos de lo que soy. Tengo bien claro que tanto aquí como en todo el trabajo, no soy yo quien actúa, sino es un estado mental que describo. Pregunto quiénes están, pero no soy responsable de lo que sucede desde el punto de vista del ego. Es como un juego que tiene ciertas reglas, dentro de las que me muevo, pero no significa que soy quien las pone”.

La segunda obra, El sueño de San Juan de la Cruz, es un video que documenta la escritura de los sueños, realizado en su estudio parisino que, por cierto, cerrará para instalarse en Glasgow, Escocia, donde hace dos años terminó la maestría en artes. El fondo consta de una “cortina de sombras” que, a lo largo de los 40 minutos que dura el video, se mueve para formar una cruz que da pie a una tercera imagen: “el Cristo hecho por Dalí, inspirado en un sueño, que está en Glasgow”.

Montada en un ala de la galería, una instalación, todavía sin título, consiste en una grabación con diferentes voces, de una selección de las escrituras, y una cama para escucharlas. Las paredes del recinto están forradas con cajas aplanadas de cartón, que remiten a la idea de archivo.

El último apartado, Representaciones, comprende cuatro pinturas, “fragmentos de imágenes de webcam pixeladas”: 25 de junio 5:12, 7:47, 8:03 y 8:30, de la mañana.

A raíz de su estancia en Glasgow, Regard empezó a documentar con webcam –una cámara que manda imágenes por Internet. Se durmió mientras que una cámara la registraba, luego seleccionó una serie de fotografías, cuya imagen digital fue transferida al óleo, cuadrado por cuadrado, todas iguales, inclusive, del mismo tono, aunque se puede distinguir una imagen detrás.

Nathalie Regard lo ve como un juego en el que “tengo una red, con sus propios códigos, en la que me muevo”. Todo en aras de capturar algo tan inasible como el sueño.