“cepto el galardón con el nombre original, el de Juan Rulfo”, aclara el escritor
Confieren a Fernando del Paso el premio de la FIL de Guadalajara
El autor de José Trigo “es un forjador de nuevas formas narrativas”, pondera el jurado
Pedro Páramo posee encantos en el sentido etimólogico de la palabra: canto que fascina, dice
Ampliar la imagen El escritor Fernando del Paso, ayer en Guadalajara, durante el anuncio que hizo el jurado al otorgarle el galardón al autor de Noticias del Imperio y Palinuro de México, entre otros libros Foto: Héctor Jesús Hernández
Guadalajara, Jal., 3 de septiembre. El escritor, ensayista, dramaturgo y novelista mexicano Fernando del Paso es el ganador del Premio FIL de Literatura, que se entrega en el contexto de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y que hasta 2005 llevaba el nombre de Premio Internacional de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, con el que se inaugura el encuentro literario en la capital jalisciense.
“Quiero decir que acepto este premio con el nombre original, con el nombre de Premio Internacional de Literatura Juan Rulfo. Que se haya convocado con otro nombre no es asunto mío”, dijo el galardonado durante la conferencia de prensa que se realizó ayer en la sede de la FIL, con la que se rompió la costumbre de realizar enlaces telefónicos con el premiado.
Decisión unánime
El jurado determinó, de manera unánime, otorgar el premio al autor de José Trigo, Palinuro de México, Noticias del imperio y Linda 67, al considerar que “es uno de los escritores más representativos de la literatura contemporánea de la lengua española. Su obra narrativa (…) se ha caracterizado por un creativo trabajo de investigación, al mismo tiempo que ha sabido forjar nuevas formas narrativas y experimentar con múltiples recursos literarios.
“Noticias del Imperio es una de las novelas históricas más importantes del siglo XX. La utilización literaria que hace su autor de los archivos relativos a la ejecución de Maximiliano, la experimentación formal que lleva a cabo para presentar los monólogos delirantes de Carlota, así como su meditación crítica sobre las teorías del realismo y su juego con procedimientos metanarrativos hacen de esta novela una de las cumbres de las literaturas hispánicas”.
El acta del jurado –integrado por Rubén Gallo, Gustavo Guerrero, Gonzalo Celorio, Julio Ortega, Suzanne Jill Levine, William Rowe y Beatriz Pastor– destaca que el escritor “ha producido una obra monumental en la que convergen los modelos literarios de Juan Rulfo y Juan José Arreola y que dialoga con la tradición de la novela histórica latinoamericana. Ejemplo de erudición y de rigor, ha dedicado una década entera a la escritura –minuciosa, elegante, enciclopédica– de cada una de sus novelas” y subraya que además de la narrativa ha escrito ensayo, teatro y poesía.
Tras darse a conocer su nombre, elegido entre 35 candidatos, Fernando del Paso llegó al recinto en silla de ruedas y, en medio de aplausos, aclaró: “no estoy lisiado, puedo caminar; pero me encuentro en medio de dos operaciones”.
De hecho unas horas después ingresó al hospital para ser intervenido quirúrgicamente, operación que en principio estaba programada para este lunes, pero que debió ser pospuesta para el martes y permitirle así estar presente en el anuncio del premio, que consta de 100 mil dólares.
Los cambios del tiempo
Vestido con un saco color mostaza, camisa amarilla, corbata café y una manta de igual color sobre las piernas, Del Paso habló fuerte y claro de su trabajo narrativo. “Yo no he escrito nada de lo que me haya arrepentido, ni en novela ni en periodismo. En periodismo dije muchas cosas que no diría ahora, pero eso es otra cosa. Ese fue otro Fernando del Paso, te-nía yo otra edad, tenía yo otra forma de pensar que no he cambiado, sino que los tiempos cambian, uno cambia y todo cambia”.
De José Trigo, Del Paso expliicó: “sigue siendo una novela casi inaccesible, una novela sumamente espesa. Me doy a mí mismo una disculpa. Estaba con una enfermedad de la que puedo hablar ahora: se me diagnosticó cáncer a los 27 años y pensé que iba a vivir uno o dos años más y quise embutir en esa novela –es un gran embutido– todo lo que pude, todas las palabras que conocía y las que iba aprendiendo y las que pescaba en los diccionarios, pero no me arrepiento de haberla escrito”.
De Palinuro de México: “es mi obra favorita porque tiene un gran contenido autobiográfico, aunque recreado, se pueden identificar algunos personajes de mi infancia, pero están lo suficientemente recreados para que, si resucitara alguno de ellos, no se ofendiera mucho”.
De Noticias del Imperio: “fue un libro que tuve en proyecto como unos 20 años antes de comenzar a escribirlo realmente. Desde muy niño supe que habíamos tenido un emperador rubio, austriaco, al que nos habíamos echado en el cerro de las Campanas y una emperatriz que se había vuelto loca a la que todos llamaban mamá Carlota”.
Parte del diálogo con la académica Beatriz Pastor, portavoz del jurado, fue para hablar de la relación entre historia y literatura, en especial dentro de la novela Noticias del Imperio. Su autor señaló que en ella “evidentemente no se puede trazar una línea entre la ficción y la historia. Quise hacer de este libro una novela y no un libro de historia”.
Invocación a los usos y costumbres
Respecto de la polémica por el nombre del premio literario –FIL de Literatura o Juan Rulfo– Fernando del Paso señaló que se entregó desde 1991 con el nombre del escritor jalisciense. “El de Carlos Monsiváis y el mío ya no lo llevan. Se instituyó con ese nombre y todo mundo lo aprobó”, incluyendo la familia del autor de Pedro Páramo.
“Yo soy el que ha sido más amigo de Juan Rulfo, el que más lo conoció; conocí a sus hijos desde muy pequeños, les tengo cariño, pero eso no evita que me parezca muy absurdo que años después se den cuenta que este premio no quieren que se llame así.”
La batalla legal entre la Asociación Civil del Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo y la familia del escritor “se volvió un asunto público sumamente penoso. Yo creo que este premio se sigue llamando Juan Rulfo y se llamó así el año pasado aplicando los usos y costumbres, no tanto las leyes”.
De la obra de Juan Rulfo, Fernando del Paso, dijo que es difícil hablar en pocos minutos. “Es una obra tan conocida y tan reconocida y al mismo tiempo tan desconocida, porque aparenta ser una obra fácil, pero, por ejemplo, Pedro Páramo, que es una obra fundamental, tiene muchos misterios, es una novela tan misteriosa, tan extraña, que uno puede leer varias veces en la vida y cada vez descubre uno en ella nuevos encantos en el sentido etimológico antiguo de la palabra: encanto es un canto que fascina.
“Juan Rulfo canta también, canta con un lenguaje muy especial, y el milagro de su canto consiste entre otras cosas no solamente en hacer hablar a los vivos con los muertos, sino en hacer que esos diálogos parezcan naturales.”
Respecto de la polémica por el nombre del premio, el presidente de la FIL, Raúl Padilla, dijo en su discurso que “es heredero de una labor que lo consolida como un galardón a la excelencia literaria, sin obligaciones ni tendencias de ninguna naturaleza ni políticas ni religiosas ni regionales”; mientras Dulce María Zúñiga, directora de la asociación civil del premio, indicó que “no hay imposibilidad legal para recuperar el nombre de Rulfo, sería un privilegio volverlo a tener, pues su obra es indiscutible”. Si se retoma el nombre de Rulfo se analizará de nuevo por la asociación civil en enero próximo.