Usted está aquí: martes 4 de septiembre de 2007 Opinión Sábado sin auto: una ocurrencia tropical

René Drucker Colín

Sábado sin auto: una ocurrencia tropical

No cabe duda: nadie niega que la ciudad de México tiene altas concentraciones de contaminantes. Esta realidad se debe a varios factores, entre los cuales los transportes motorizados destacan de manera principal. Sin embargo, la forma de enfrentar el problema no puede, no debe, depender de alguna ocurrencia, resultado de una noche de insomnio.

La contaminación de la ciudad, que es un problema multifactorial, no se va a resolver restringiendo la circulación de automóviles los sábados. Lo primero que hay que explicar al respecto es que los expertos señalan claramente que no hay medidas únicas y que cualquier decisión sobre la contaminación debe analizarse en el contexto de una política integral de largo plazo. Quisiera en el breve espacio que se tiene aquí señalar los puntos más importantes que apoyan lo dicho.

Los niveles de contingencia para el ozono son de 0.220 partes por millón (ppm), los niveles de precontingencia son de 0.187 ppm y el límite permisible, o sea la norma, es de 0.110 ppm. Cabe señalar que de 1990 a la fecha, en particular de 2004 a 2006, los niveles de ozono han bajado sensiblemente y, de paso sea dicho, es a partir de la llegada de jefes de Gobierno perredistas que se ha logrado reducir constantemente los niveles de contaminantes.

Hasta hoy –desde el 2004– los niveles de contaminación se han mantenido alrededor de los límites permisibles (0.110 ppm), pero siempre por debajo del nivel de precontingencia, que es de 0.187 ppm. Siendo esto así y haciendo la prueba estadística de Quade, que evalúa de manera general si existen diferencias entre los días de la semana, se pudo definir que entre 2004 y 2006 no ha habido tales, a diferencia de los años anteriores analizados: de 1990 a 2003.

Parecería que el nivel de contaminación permisible ya llegó a su tope de disminución con las estrategias llevadas a cabo hasta la fecha.

La decisión de aplicar el Hoy no circula sabatino tuvo que ver con una precontingencia ocurrida el sábado 14 de abril de este año y algún otro. Sin embargo, es posible que la emisión de precursores del viernes por la noche (mucho tráfico) y sábado (cuando la gente no se levanta temprano) se combina con eventos meteorológicos peculiares.

Es necesaria, pues, mucha más información y modelaje para poder decidir sobre esta estrategia. Por otro lado, hay que tomar en cuenta, para analizar emisiones, las diferentes condiciones de vialidad: semáforos mal sincronizados, topes y congestiones por ausencia total de respeto a las reglas de tránsito y urbanidad, sumados a la falta de autoridad al respecto.

En relación con esto, quiero enfatizar uno de esos aspectos: los topes. Estos generan emisiones de gases por circulación llamados de alto arranque múltiple.

Fíjense en estos datos: con circulación continua, la emisión por g/kg de hidrocarburos, monóxido y óxido nítrico es de 0.067, 0.192 y 0.088, respectivamente, pero con alto y arranque es de 0.214, 0.643 y 0.177. O sea, que con el alto y arranque hay un aumento de 3.19, 3.3 y 2.01 veces de estos contaminantes.

¿Cuántos topes inútiles hay en la ciudad? Cuéntenle. Creo que está claro que el Hoy no circula en sábado no servirá de nada, pues es una acción aislada, más bien orientada al impacto político y de retórica. Yo pienso que habría que resolver el problema de fondo, con acciones múltiples, haciendo lo siguiente: prohibir la circulación de cualquier transporte de carga (salvo, quizá, los de perecederos) chico, mediano o grande, entre las 6 y las 23 horas, y retirar la mayor parte de los topes de la ciudad, dejando sólo aquellos realmente útiles (frente a escuelas, por ejemplo).

También deben ejercerse acciones punitivas (multas, sanciones...) con seriedad a todo conductor que no respete las reglas de vialidad. Ejemplos: estacionarse donde no se debe, a veces hasta en doble o triple fila; peseros que se paran donde se les da la gana...

Asimismo, deberíamos instalar de forma obligatoria el filtro catalítico de tres vías que abate la emisión de monóxido, óxido nítrico e hidrocarburos, además de sincronizar los semáforos.

En cruceros conflictivos y calles aledañas, deben operar policías de tránsito efectivos, intercomunicados para hacer más fluido el tránsito. Esto debe aplicarse sobre todo en horas pico.

Todas estas acciones conducirían a que tengamos una circulación más constante.

Por último, pero más importante, debemos desarrollar un transporte público decente, efectivo, limpio y respetable, eliminando todos los peseros, que son una verdadera plaga, irrespetuosa de cualquier regla de tránsito.

También es necesario producir gasolina con bajo contenido de azufre. Esto último no depende de la jefatura de Gobierno de la ciudad, sino del gobierno federal, especialmente de Petróleos Mexicanos.

Entiendo que una política integral es más difícil que aplicar el Hoy no circula sabatino, pero este último es inútil y sólo propiciará que se adquieran más automóviles o se busque cómo darle la vuelta al programa. Las políticas inteligentes son más efectivas que las de relumbrón.

 
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