Usted está aquí: domingo 2 de septiembre de 2007 Cultura Evocan en Bellas Artes la obra poética de Otto-Raúl González

Incursionó en la masa gris del alma, señalan

Evocan en Bellas Artes la obra poética de Otto-Raúl González

Carlos Paul

Como un escritor que “incursionó con ventura en la masa gris del alma, que contiene lo más puro y corrompido de los estadios reales e inverosímiles del hombre; y como un creador que supo domar variadas formas poéticas”, fue como se definió al poeta Otto-Raúl González (Guatemala, 1921-ciudad de México, 2007), en el homenaje que se le rindió en días pasados en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Con la asistencia de familiares y amigos, el escritor Dionisio Morales, quien por cuatro décadas cultivó una amistad con el poeta guatemalteco, quien radicó en nuestro país por más de 60 años, destacó que unida a la vocación poética de González, su escritura conservó hasta el final su primigenio compromiso social y político.

Abogado, funcionario, diplomático, exiliado, “Otto-Raúl supo mantener la pureza de sus convicciones, y lo que es más loable, la misma poesía lo escogió para cantar en favor de los desheredados, de las mejores causas, de los hombres puros”.

A lo largo de su obra, expresó Morales, “hemos gozado o padecido con sus temas, sus situaciones, sus personajes, su sentido del humor, su corrosividad, su erotismo, su pasión, sus colores nuevos, sus versos droláticos, sus palindromas, sus sonetos, ¿y por qué no decirlo?, con una que otra chingadera que nos quiso hacer pasar por poesía”.

Con una producción poética de 71 libros publicados, además de escribir algunos relatos breves y novelas históricas, Otto-Raúl González fue pilar de aquella pléyade de escritores guatemaltecos reunida en torno a la revista Acento, de la que fue su primer director, conocida como la generación de los 40, y de la que formaron parte Carlos Illescas, Augusto Monterroso y Raúl Leiva.

En el acto, también participaron Héctor Anaya, Mario del Valle, Silvia Molina y el actor Carlos Bracho, quien leyó algunos poemas del autor y un texto de Tania Meza González, nieta del homenajeado, en el que evoca a su abuelo.

Dionisio Morales rememoró cuando Otto-Raúl González iba a publicar su primer libro en 1943, Voz y voto del geranio. “Uno de sus compañeros de la Facultad de Derecho de la Universidad de Guatemala le puso un reparo al título: ‘¿No sería mejor –preguntó– que se llamara voz de geranio?’ ‘De ninguna manera –respondió el poeta– debe llamarse Voz y voto del geranio, porque ya hace mucho que no se ejerce el voto en Guatemala’”.

Por su parte, Mario del Valle habló del “afán zoológico del poeta”, comentando el poemario Los hermosos animales, mientras Anaya destacó su humor, sus juegos con las palabras, y su enorme y singular producción como palindromista.

 
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