Llega a México el hijo de Elvira Arellano
La activista por los derechos de los migrantes indocumentados Elvira Arellano, que fue deportada por Estados Unidos el pasado domingo 19, estuvo ayer en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México para recibir a su hijo Saúl, de ocho años, que estará brevemente en nuestro país.
Arellano espera que el presidente Felipe Calderón la designe “embajadora de paz”, protegiéndola con un cargo diplomático que le permita regresar a esa nación, para continuar su lucha sin ser víctima de represalias.
Así lo hizo saber ayer, en improvisada conferencia de prensa llevada a cabo en el aeropuerto. En la práctica el niño sólo permanecerá en México “unos días”, pues sus planes son regresar a Chicago, tanto para asistir a la escuela como viajar por diversos estados de aquel país, en apoyo de las acciones de protesta contra la discriminación hacia indocumentados latinos.
Uno de los actos principales se llevará a cabo el próximo 12 del presente mes, en Washington, en el que se espera la participación miles de residentes latinoamericanos, sobre todo mexicanos.
Elvira Arellano es una joven de tez blanca, delgada, de facciones comunes, pero llena de ímpetu para hablar de “la situación que viven nuestros hermanos en Estados Unidos, donde están siendo acosados y se les mantiene amenazados de levantarlos en las redadas puestas en vigor, luego que el Senado se negó a abordar el problema migratorio, posponiéndolo hasta 2008, después que se efectúen las elecciones para presidente.
“No sólo ocurrió que el Senado desechó la reforma migratoria integral, sino que también el liderazgo político, tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes, claramente expresó que el debate sobre migración estaba muerto hasta después de las elecciones presidenciales”, subrayó.
En su opinión, las autoridades migratorias estadunidenses “optaron por intentar callarme, deteniéndome y deportándome, pero no será así si el presidente Calderón me concede el cargo de ‘embajadora de paz’ a nombre de su gobierno: volveré para continuar mi lucha, que es la lucha de cinco millones de indocumentados”. En todo momento, Elvira Arellano, que no acepta dar su segundo apellido, se vio asistida por Emma Lozano, representante de la ONG de Chicago La Familia Latina Unida/Sin Fronteras.