El titular del IFE confirma que debe irse: Navarrete
El coordinador de los senadores perredistas, Carlos Navarrete, lamentó ayer las declaraciones del presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde, en las que afirma que “le vale lo que piensen el PRI y el PRD”, y agregó que con su actitud se confirma la necesidad de renovar el organismo comicial.
Consideró una pena la forma en que Ugalde está terminando su gestión, sobre todo para quienes lo eligieron en la Cámara de Diputados y los propios consejeros. En alusión a estos últimos, afirmó que comprende la vergüenza por la que están pasando y el sonrojo de muchos.
Con su actitud, Ugalde ha terminado por quitarle dudas a quienes las tuvieran sobre la urgencia de contar con un árbitro que realmente tenga la madurez, el equilibrio emocional y la responsabilidad que requiere el titular de un órgano tan importante como el IFE, al que “todos vamos a cuidar y a fortalecer como una institución autónoma”, subrayó.
Resaltó que lo ocurrido en 2006 no debe repetirse, por lo cual se “requiere nueva legislación, nueva reforma constitucional, nueva reforma legal y nuevo órgano electoral”.
En relación con los señalamientos del presidente consejero en torno a que su salida del IFE implica reconocer que hubo fraude el 2 de julio de 2006, Navarrete manifestó que se trata de una afirmación perversa, irresponsable e interesada. Está jugando su último cartucho y trata de vincular su suerte con la del titular del Ejecutivo.
Se trata de una maniobra tan burda y evidente que ni siquiera puede ocultarse; busca protegerse con el poder para mantenerse aferrado al escritorio, lo cual es francamente vergonzoso y muy lamentable, añadió.
A su vez, el coordinador de los senadores priístas, Manlio Fabio Beltrones, dijo no sentirse agraviado por los planteamientos de Ugalde, y expuso: “mientras nosotros sigamos trabajando para construir mejores bases de un México democrático, no nos interesan las posiciones particulares”.
Aseguró estar convencido de que hoy más que nunca la madurez de los políticos y de los partidos deben estar por encima de las individualidades y los intereses personales de algunos protagonistas.