Producir etanol desplomará los precios del maíz
Antes de producir biocombustibles para alimentar a las máquinas hay que pensar en resolver la demanda alimentaria del país, indicaron los participantes del Foro Internacional Campesino, los Tratados Comerciales y la Soberanía Alimentaria, quienes agregaron que 200 kilogramos de maíz sirven para producir 80 litros de etanol –que un tractor consume en ocho horas– o para alimentar a una persona durante varios meses.
En la reunión, miembros de movimientos sociales de México, Estados Unidos, Uruguay, Brasil y Portugal puntualizaron que la producción de biocombustibles sólo beneficiará a las grandes empresas. Aseguraron que una vez que se incremente la superficie cultivada del grano –que se destinaría a la producción de etanol– se presentará una caída en los precios del maíz y se agravarán los problemas de pobreza y marginación.
Alberto Gómez Flores, representante de Vía Campesina para América del Norte, exhortó a los productores mexicanos a informarse sobre las experiencias negativas de otros países y a tener en cuenta la campaña mediática para favorecer la producción de bioenergéticos. “Este es el momento de hacer un recuento de lo que pasa, de discutir y de tomar decisiones”, indicó.
George Taylor, de la Coalición Nacional de Familias de Granjeros de Estados Unidos, explicó que en su país se eliminaron los subsidios al maíz, debido a que el gobierno “piensa” que los precios se han elevado con la producción de etanol. “Pero es falso que haya un mejor precio, pues en términos históricos es el peor”.
En tanto, James Thorlby, de la Comisión Pastoral de la Tierra, de Brasil, señaló que la expansión del cultivo de caña para producir biocombustibles está generando la expulsión de familias. “Es una especie de limpieza étnica; el modelo es feudal y violento, y sólo unos cuantos ganan”. En Sao Paulo fueron expulsadas 200 mil familias y en Penambuco, 45 mil.
Contaminación transgénica en Oaxaca
En Yalalaj, Oaxaca, productores denunciaron que sus llamados de alerta por la contaminación de la semilla original de maíz por transgénicos no han sido escuchados por las autoridades.
Juana Vázquez, originaria de dicha comunidad, señaló que desde hace cinco años los indígenas de esta zona de la sierra norte oaxaqueña detectaron que el maíz contiene organismos genéticamente modificados, “pero ninguna autoridad ha hecho caso”.
Por el contrario, señaló, “siguen permitiendo el ingreso de esas variaciones de maíz que amenazan con extinguir la cultura y las tradiciones nacionales.”