El consejo de administración tiene plazo para emitir opinión o aceptar la venta
Los Saba no subirán su oferta de $1.10 por acción de Aeroméxico
Los empresarios Alberto Saba Raffoul y Moisés Saba Masri no perderán la oportunidad de comprar Aeroméxico, y su arribo a la conducción de ésta, la principal aerolínea del país, se dará mediante la adquisición hasta de 100 por ciento de los títulos accionarios, o mediante una ampliación de capital por el monto que tienen comprometido, de unos 100 millones de dólares.
Según el apoderado legal de los empresarios, Antonio Franck, el consejo de administración decidirá cuál de los caminos podría aceptar, aunque aclaró que no es lo mismo comprar una empresa en 100 millones de dólares y con estrechez financiera, que tener una con valor de 200 millones y recursos disponibles para operar.
El consejo de administración de Aeroméxico y los propietarios de las acciones en circulación cuentan con 20 días hábiles a partir del 22 de agosto, hasta el 18 de septiembre, para aceptar la oferta de compra. En tanto, a más tardar en 10 días hábiles, es decir el miércoles de la semana entrante, el consejo de administración deberá emitir una opinión sobre el precio de la oferta y cualquier posible conflicto de intereses.
El apoderado legal rechazó que la aerolínea cuente con un “guardadito” de mil 804 millones de pesos por la venta anticipada de pasajes u otros activos, y afirmó que “como empresa pública que cotiza en el mercado de valores, ese tipo de información no se puede reservar y, en todo caso, sería un dinero que ya se gastó”.
Según los representantes de Saba Raffoul y Saba Masri (padre e hijo), una vez cerrada la operación de compraventa se aplicarán políticas “agresivas” de comercialización para impulsar a la empresa en los mercados nacional e internacional. Además, afirmaron, los empresarios asumen un “compromiso de permanencia”, de entre cinco y 10 años al frente de la aerolínea.
Alberto y Moisés Saba se encuentran fuera del país, con el propósito de sostener reuniones con inversionistas. Antonio Franck encabezó la conferencia de prensa para explicar detalles de la oferta por Aeroméxico. Se hizo acompañar de Fernando Flores y Pérez, ex subsecretario del Trabajo, ex director del IMSS, y ex director de la empresa y de Mexicana de Aviación, en su calidad de “experto”, y del asesor financiero Raúl Solís Wolfowitz.
Según los asesores de Saba Raffoul y Saba Masri, estos empresarios no tienen la intención de elevar su oferta de 1.10 pesos por cada acción de Aeroméxico, pero estarían dispuestos a inyectar entre 100 y 115 millones de dólares, como ampliación de capital, a la aerolínea. Esto, desde su punto de vista, daría más viabilidad a la empresa que se encuentra “en las últimas”, pues su nivel de endeudamiento y pérdidas ya representa más de dos terceras partes de su capital contable.
Informes del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), enviados a la Secretaría de Hacienda dan cuenta de que entre marzo y abril de este año se concretó la venta de dos paquetes accionarios de Aeroméxico, que ese organismo colocó a un precio de 2.47 pesos por título. Esa cotización se situó 125 por ciento arriba del 1.10 pesos ofrecidos por los Saba.
Según los documentos, copia de los cuales tiene en su poder La Jornada, las acciones de Aeroméxico vendidas por el IPAB este año, a través de la bolsa, fueron parte de los activos que pasaron a su acervo tras la quiebra de los extintos Banco Obrero y Banco Unión.
Esta operación, junto con otras “ventas de activos fijos tangibles” del grupo aéreo contenidos en el reporte financiero del segundo trimestre de 2007 de la empresa, generaron recursos por mil 804 millones de pesos que están en la tesorería de la aerolínea. Para Mario de Costanzo, secretario de la hacienda pública del equipo de Andrés Manuel López Obrador, con ese “guardadito” se podría financiar la compra de la aerolínea, y además representaría una utilidad de 60 por ciento sobre el monto ofrecido por Alberto y Moisés Saba.