Usted está aquí: martes 28 de agosto de 2007 Política Laguna legal en patrocinios mantiene al Imer en dificultades financieras

Rentar tiempos a particulares se alejaría del ánimo de la radio pública, dice el director

Laguna legal en patrocinios mantiene al Imer en dificultades financieras

La mayor parte de sus ingresos proviene de sus tres emisoras que difunden por FM

Alonso Urrutia

Ampliar la imagen Labores en instalaciones del Instituto Mexicano de la Radio, en Coyoacán, Distrito Federal Labores en instalaciones del Instituto Mexicano de la Radio, en Coyoacán, Distrito Federal Foto: Yazmín Ortega Cortés

Con un problema “endémico” de pasivos que han sido arrastrados desde hace varios años, la operación del Instituto Mexicano de la Radio (Imer) enfrenta estrechez financiera derivada de las dificultades que para ampliar la obtención de recursos propios se desprenden de las indefiniciones legales en materia de patrocinio. El saldo acumulado: adeudos rezagados con la Comisión Federal de Electricidad o la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que colocan las finanzas del organismo bajo presión constante por lograr mayores recursos.

La previsiones presupuestales para este año señalan que 75 por ciento de los 160 millones de pesos con que operará provienen de aportaciones del gobierno federal y 25 por ciento –40 millones– se fijaron como meta de ingresos propios mediante los patrocinios obtenidos en sus 10 estaciones permisionadas y las ventas de sus siete estaciones concesionadas. Sin embargo, de cumplirse las metas serán insuficientes para mantener en operación con números negros al organismo, que ya ha solicitado una ampliación presupuestal de 15.3 millones de pesos.

La ampliación de fuentes de financiamiento se ha convertido en una necesidad para el Imer, lo que ha conllevado críticas sobre los alcances de esta estrategia, particularmente como parte de un proceso de privatización o comercialización de las emisoras en detrimento de los contenidos.

Autonomía financiera y contenidos

El director del Imer, Héctor Villarreal, sostiene que el organismo pretende aumentar sus recursos y competir por ellos, pero anota que “en cualquier esquema de medio público no hay duda de que la independencia editorial, política y de contenidos se fortalece con la autonomía financiera, que se asocia a la diversificación de recursos. Sin embargo, no se puede llegar al otro extremo, y se alejaría de lo que debiera ser un medio público, si la consecución de recursos fuera más importante o prioritaria que la definición de los contenidos”.

La legislación mexicana en materia de medios electrónicos de comunicación deja poco clara la definición de lo que representa un patrocinio, que es la única forma de ingresos que pueden tener las radios permisionadas, que forman el grueso de las emisoras del Imer. Esta indefinición legal ha afectado necesariamente en las finanzas sanas de los medios públicos al limitar o complicar la obtención de recursos propios.

Por añadidura, las estaciones concesionadas del IMER –las cuales pueden comercializar sus tiempos sin restricción– transmiten en la banda de amplitud modulada, lo que reduce sustancialmente los ingresos por esta vía. Comercialmente, un promocional en esta frecuencia costaría alrededor de 25 por ciento del precio que tiene anunciarse en frecuencia modulada (FM).

Durante el primer trimestre del año, los ingresos mensuales del Imer fueron de 12 millones 438 mil 970 pesos –poco más de un millón de pesos por arriba de la meta programada para el periodo–, de los cuales 11 millones 784 provienen, en buena parte, de las tres estaciones que difunden en FM: Opus 94, Horizonte y Reactor. De los recursos propios del IMER, 90 por ciento provienen de ventas o patrocinios del sector privado y el resto de dependencias gubernamentales.

Aunque los ingresos superaron la meta, históricamente el IMER nunca ha cumplido los objetivos trazados anualmente en cuanto a ingresos propios. El director de comercialización y relaciones institucionales del organismo, Julio de Boton, sostiene que las restricciones impuestas a los patrocinios, que impiden a las empresas difundir sus promocionales como en las estaciones concesionadas, reduce en gran medida el interés de los anunciantes.

Las limitaciones en los ingresos impactan necesariamente en el cumplimiento de otras metas de modernización del Imer, que en años recientes ha buscado otras formas para financiarlo. En 2006 el organismo acudió a la venta de activos y la devolución de tres estaciones que operaba en Campeche y Colima a los gobiernos estatales para allegarse 80 millones de pesos, que permitieran la modernización de equipos de producción, estudios y oficinas.

Pese a las necesidades financieras, en el Imer no se tiene contemplado el arrendamiento de tiempos a particulares bajo el argumento de que estos son mecanismos que no corresponden o son abiertamente contrarios al fortalecimiento de la radiodifusión pública.

Villarreal señala que no es concebible poner a disposición de particulares la infraestructura del organismo, que se financia con recursos públicos, para que particulares lo comercialicen y realicen negocios con los mismos. “El Estado invierte en una infraestructura para generar una señal correspondiente a una radio pública, lo que se contrapone con el arrendamiento de espacios que no garantizan contenidos.”

Las finanzas de los medios públicos –dice el director del IMER– podrían fortalecerse en la medida en que pudiera haber mayor claridad en la legislación vigente en torno a los patrocinios, lo que favorecería la posibilidad de conseguir mayores recursos por esta vía.

 
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