Usted está aquí: lunes 27 de agosto de 2007 Cultura Pedro Meyer prepara Herejías, exposición global en 60 museos

El artista subió a la web todas sus fotografías y 21 curadores trabajan en la selección

Pedro Meyer prepara Herejías, exposición global en 60 museos

El título es porque se refiere a que todas mis actividades siempre han sido a contrapelo, señala

Asombra que los jóvenes olviden la historia de la lucha por conquistar espacios

javier molina (corresponsal)

Ampliar la imagen Tokio, Japón, 2006, tomada de la portada del portal Zonezero.com Tokio, Japón, 2006, tomada de la portada del portal Zonezero.com Foto: Pedro Meyer

San Cristóbal de las Casas, Chis., 26 de agosto. Reunir una serie de imágenes para crear una foto paradigmática, tal es el objetivo que logra Pedro Meyer. “Una composición de varias imágenes –explica– para expresar un concepto o una emoción, igual que un poeta o un cineasta”.

Pedro Meyer (Madrid, 2 de octubre 1948) vino a esta ciudad a presentar su proyecto Herejías, invitado a la sexta Muestra Fotográfica que organiza el colectivo Fotógrafos independientes. Herejías es una exposición retrospectiva que se va a inaugurar en octubre del año próximo en 60 museos alrededor del mundo y en la misma semana. “Un componente del proyecto es que yo puse todas mis fotos en línea en la Internet; todas las fotos que he tomado en mi vida, más de 300 mil, y ahorita hay 21 curadores trabajando sobre ese material”.

Pionero en la difusión

“Hereje es alguien que va contra lo establecido, de la corriente, en busca del conocimiento –platica–, y todas mis actividades siempre han sido ir a contrapelo. Por ejemplo, yo fundé el Consejo Mexicano de Fotografía y los Coloquios Latinoamericanos de Fotografía en los años 70, con la finalidad de avanzar en el conocimiento de la fotografía, que en ese momento era plenamente ignorada. Luego, cuando comencé con lo de la Internet, igual me decían: esto no tiene sentido, quién va a ver las fotos en Internet, esto no tiene la calidad que tiene la película. Siempre ha sido constante la descalificación de lo que estaba haciendo en ese momento. Y no fue fácil, la cantidad de descalificaciones a lo digital eran gigantescas: el que hizo las primeras impresiones digitales en el mundo fui yo.

“En fin, hemos estado explorando en todos estos campos desde hace rato. El portal (Meyer es creador del portal Zonezero.com) está esencialmente dirigido a que se conozca la obra de otros fotógrafos (800), más o menos con la misma estructura y concepto que tenía el Consejo Mexicano de Fotografía.”

Creando espacios

El próximo mes, como parte de las actividades de Fotoseptiembre, se va a inaugurar una gran exposición en el Centro de la Imagen, con una parte pequeña de los archivos de los coloquios latinoamericanos, organizados en 1978 y 1981. ¿Qué es lo que se ha logrado desde entonces a la fecha?, le preguntamos.

“En los 70 no había un solo espacio dedicado a la fotografía, ni uno –subraya–. No había un solo curador, un historiador de la fotografía; no había ninguno en México que conociera el nombre de cuatro o cinco fotógrafos. Desde luego no habían becas para la foto, o sea, nada. Lo único que había en esa época que se podía llamar de alguna relevancia era el Club Fotográfico de México. Actualmente hay exposiciones de fotografía en todo el país, docenas de curadores, historiadores, gente especializada, se han publicado cientos de libros de fotografía. No había talleres, escuelas de foto. Todo eso comienza ahí.”

A Pedro Meyer le sorprende la facilidad con que las nuevas generaciones olvidan esta historia. “No tienen ni idea de lo que pasó, la historia de la fotografía en México: dan por hecho todo”.

En la presentación de su proyecto Herejías, en el Centro Cultural Tierra Adentro, el artista fue generoso: mostró en una pantalla la imagen del hombre que lo indujo a la foto cuando él tenía12 años, sus primeras fotos tomadas en Berlín Oriental en 1956, la primera página del diario Unomásuno, donde se publica su trabajo en Nicaragua (el texto y la foto) de 1978 a 1982 (por ejemplo la foto del guerrillero con las piernas mutiladas, y la de los restos de la estatua de Somoza tirados en el suelo, sólo el tórax, sin cabeza ya y sin piernas; la belleza de la combatiente Nora Astorga, una de las guerrilleras más importantes), y sus ensayos fotográficos, sus composiciones, en las que aparecen personajes como Manuel Alvarez Bravo (en el césped reposa una de sus imágenes célebres: La buena fama durmiendo), Jorge Luis Borges y Gabriel García Márquez; el ensayo titulado Fotografío para recordar, los últimos años de la vida de mis padres. Todo ello mientras iba reflexionando sobre su oficio, su arte. “La definición de la fotografía es pintar con luz. La foto es, per se, manipulación. Pensar de manera digital implica entender cómo las nuevas tecnologías te replantean el modo de trabajar, de expresarte”.

En un libro de Pedro Meyer: Verdades y ficciones. Un viaje de la fotografía documental a la digital, leemos estas palabras de Shahidul Alam, fotógrafo de Bangladesh: “Podemos crear la neblina de la naturaleza o el resplandor del atardecer. ¿Es acaso falso? De ninguna manera. Cualquier otra cosa puede ser falsa en nuestra tenue existencia, pero la imaginación no lo es”.

 
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