Su primera novela, La organización, será presentada este martes
Incursiona Octavio Rodríguez Araujo en la ficción con un thriller político
No la ubiqué en México porque hubiera resultado un texto panfletario, señala
Ampliar la imagen El politólogo, en foto de archivo Foto: Luis Humberto González
Octavio Rodríguez Araujo –reconocido estudioso de la vida política mexicana– acaba de publicar su primera novela, La organización, un thriller político en el que personajes de ficción –ricos, cultos, cosmopolitas– se mezclan en situaciones y contextos absolutamente verídicos, entre París, Amsterdam y Nueva York.
A propósito de esta incursión de Rodríguez Araujo en la ficción, el crítico literario Julio Ortega ha escrito: “Siempre he sospechado que detrás de todo científico político hay un novelista. ¿Cómo, en efecto, no convertir en relato la imposibilidad de leer la política como un texto razonable? La novela, en manos de Rodríguez Araujo, es la novelización de la política como intriga hecha en el suspense y la variación argumental, que nos atrapa en la lectura de inmediato. Esta es una novela escrita con una precisión analítica y gusto por la aventura, con el lector como cómplice pleno”.
En entrevista, el politólogo habla de ese salto de la academia a la gratificante libertad que otorga la ficción: La organización (Orfila y Jórale Editores, Colección Contracorriente) es el libro que más he disfrutado escribir, aunque tiene mucha investigación. Los personajes son ficticios pero si, por ejemplo, digo que el asesino tomó un vuelo de Delta Airlines de Londres a Nueva York tal día, es porque ese día salió un avión de esa línea de Londres a Nueva York”.
La pulsión por la literatura en el autor de Derechas y ultraderechas en el mundo, se remonta a los años 60 del siglo pasado: “desde entonces tenía la vocación y era ávido lector de novelas de misterio, negras y de intriga policiaca. Cuando pensé por primera vez en escribir una novela, nunca pensé en un tema que no fuera de ese tipo. Como politólogo que soy, quise mezclar la política con la ficción y la intriga.
“Desde entonces tenía la vocación, pero no me atrevía, con la edad me he vuelto más seguro de mí mismo y más audaz. Si de todos modos me van a criticar, me doy gusto escribiendo. Hacerlo me dio una gran felicidad, y es algo que se puede hacer en una isla desierta. No puedo escribir una investigación sobre el Partido Revolucionario Institucional en una isla desierta, necesitaría datos, archivos, información, pero sí puedo escribir una novela”.
Lector y admirador de autores como Frederick Forsyth (de sus primeras novelas), Robert van Gulick, Jeffrey Archer, Umberto Eco, John Grisham y Agatha Christie, “en cierto sentido”, Rodríguez Araujo comparte con éstos una preferencia por el lenguaje directo: “No me atraen las novelas llenas de florituras, por eso prefiero a autores anglosajones antes que latinoamericanos o españoles. No hago literatura en el sentido poético de la expresión, no me interesa”.
Problemas para ejercer la libertad
Al principio le costó trabajo ejercer la libertad que proporciona la ficción, apelar a su imaginación, pero sobre la marcha la escritura se le fue volviendo gratificante y gozosa: “La viví con una intensidad cotidiana que hasta me llevó, de alguna forma, a descuidar mi trabajo académico. La novela se apoderó de mí”.
En la novela de Rodríguez Araujo, “un joven y culto parisino” trata de infiltrarse en una organización integrada por personas ricas e influyentes con secretas y grandes ambiciones.
¿Por qué la trama transcurren en Amsterdam, París, Londres, Nueva York, por qué no en México? “Quería salirme de lo que hago todos los días, no quería que me saliera una novela con Calderón, Fox, Manuel Espino y López Obrador. Una novela así iba a resultar acartonada, panfletaria. Además, soy politólogo y como tal soy conocido, y entonces iba a decir ‘ya se le botó la canica al profesor’. Además es difícil ver el bosque cuando se está rodeado de árboles”.
La organización será presentada el próximo martes (19 horas) en la Librería Octavio Paz del Fondo de Cultura Económica. Los comentarios estarán a cargo de Carlos Payán, María Rojo, Julio Ortega y el autor.