El mediocampista nació en EU; destaca el buen paso del Santos
Aquí me dieron la oportunidad, por eso me quedo en México, dijo Edgar Castillo
El Pocho Edgar Castillo, mediocampista del Santos Laguna, acaparó micrófonos, cámaras y grabadoras ayer en el Centro de Alto Rendimiento. Nació en Nuevo México, Estados Unidos (8 octubre 1986), pero sus padres son oriundos de Torreón, sueña con el pase a Pekín 2008 y con una medalla olímpica.
“Ya decidí que me quedo aquí”, señaló, consciente de que en cuanto vista la playera del equipo mayor, más aún en un torneo oficial, quedará incapacitado para representar a su país natal. “Voy a la segura… Si Estados Unidos me hubiera llamado, igual lo habría pensado, pero jugué allá tanto tiempo y nunca me buscaron. Acá se me dio la oportunidad y mejor me quedo en México”, indicó.
De figura delgada y rostro enjuto, en el que resaltan sus grandes ojos, Edgar recordó que hace casi tres años llegó a probarse al equipo de la ciudad de sus padres, “tenía 18 años y me quedé, me ha ido muy bien, ya hablo mejor español –ríe– y vamos de superlíderes, el equipo está jugando muy bien... El balompié de allá no es tan competitivo”, sostuvo.
Castillo piensa que quizá tiene cierta desventaja por no provenir del grupo que ganó el Mundial Sub-17 ni fue al de Canadá, pero se dijo dispuesto a ganarse un lugar.
“Me convence más el proyecto mexicano, es una buena selección, mejor que la de Estados Unidos. Quiero a mi país, pero también tengo cariño por este y mis papás me dijeron que yo decidiera y ya lo hice, les avisé que me iba a quedar”, comentó.
Estimó que como a Hugo Sánchez le gusta el juego práctico y ofensivo, igual que a Daniel Guzmán, no tendrá mayores problemas, “he jugado como defensa, pero me gusta más ir al ataque, soy medio ofensivo. Ojalá me gane un lugar. Hugo desde el primer momento dice que nos mentalicemos, hay que pensar en la medalla de oro”, remató.
Acerca de este llamado, el Pentapichichi comentó que Castillo está dentro de los 64 elegibles en su “segunda etapa”, con igual opción de ganarse un sitio.
La “escuela” de Jesús Ramírez
En tanto, el atlista Jorge Hernández mencionó sus objetivos: clasificar, estar en la lista final y traer una medalla de oro. Al igual que César Villaluz y muchos otros, trae la escuela de Jesús Ramírez, ahora, al quedar bajo el mando de Hugo, señaló: “Uno debe acostumbrarse a todas las circunstancias y técnicos. Voy a entregar lo mejor de mí, es lo que siempre pienso y hago”.
El portero Guillermo Ochoa, a sus 22 años, es uno de los de mayor trayectoria y se declaró dispuesto a transmitir sus experiencias. A su vez, Gerardo Torrado, de 28, no tuvo empacho en asumirse como “el veterano” y podría llevar el gafete de capitán frente a Colombia.