Usted está aquí: martes 21 de agosto de 2007 Sociedad y Justicia Se ahondan diferencias entre Elba Esther Gordillo y Vázquez Mota

La dirigente magisterial rechaza hacer las paces; “no tengo guerra con nadie”, asegura

Se ahondan diferencias entre Elba Esther Gordillo y Vázquez Mota

Inauguran el ciclo escolar 2007-2008; deberá cumplirse con 200 días de clase: la secretaria

karina aviles

Ampliar la imagen Elba Esther Gordillo, presidenta del SNTE, y Josefina Vázquez Mota, titular de la SEP, durante la ceremonia oficial de inicio del ciclo 2007-2008 de educación básica Elba Esther Gordillo, presidenta del SNTE, y Josefina Vázquez Mota, titular de la SEP, durante la ceremonia oficial de inicio del ciclo 2007-2008 de educación básica Foto: María Meléndrez Parada

La dirigente magisterial Elba Esther Gordillo la volvió a hacer. Ahora le robó la atención a la titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Josefina Vázquez Mota, en el acto de mayor tradición, el de inicio de ciclo escolar (2007-2008), que se pretendió como el remedio de una enemistad y sólo terminó por ahondar las diferencias entre ambas. “¡Yo no tengo que hacer las paces con nadie! ¡No tengo guerra con nadie!”, dijo la maestra, al tiempo que la funcionaria abandonó a toda prisa el sitio en que se realizó la ceremonia.

A las 8 de la mañana, hora en que los niños de la escuela primaria República de Costa Rica entraban para estar a tiempo, ya circulaba la versión de que la presencia de la dirigente obedecía a una recomendación de Los Pinos, en la que se le pidió matizar sus opiniones acerca de la secretaria de Estado.

La profesora llegó altanera, ataviada de prepotencia, protegida por una treintena de guaruras disfrazados de maestros y con una sonrisa que algunos calificaron de “macabra”.

Casi enseguida apareció Vázquez Mota, vestida toda de azul. En el fondo del patio los fotógrafos esperaban captar el instante en que se verían cara a cara.

Las cámaras fueron accionadas y comenzaron los destellos; los ojos fijos en la maestra, cuando se detuvo a mitad de la explanada, adonde fue muy presto a plantarle tres breves besos el administrador federal de Servicios Educativos para el Distrito Federal, Luis Ignacio Sánchez, quien le cuchicheaba al oído hasta que la cercanía de la secretaria los interrumpió.

“Maestra, buenos días”, dijo Vázquez Mota, y entonces entrecruzaron un frío saludo de mano.

En el estrado, en un auditorio al aire libre, fueron colocadas codo a codo, aunque en el presídium sólo había miembros de la organización sindical, y el resto, funcionarios de la SEP que, como dicen los expertos, cobran por representar al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE): el yerno de la maestra y subsecretario de educación Básica, Fernando González Sánchez, y el administrador Luis Ignacio Sánchez.

“Relación institucional”

Después de los discursos del secretario general del SNTE, Rafael Ochoa, de la titular de la SEP y del presidente de la derechista Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), Guillermo Bustamante –quien por primera vez tuvo voz en una ceremonia de inicio de ciclo escolar–, se dio por concluido el acto.

Vázquez Mota salió enseguida por una puerta lateral y sólo alcanzó a decir: “siempre hemos tenido una relación institucional” con el sindicato.

En cambio, la profesora caminaba erguida, a paso lento, cercada por sus hombres de seguridad y por los reporteros que trataban de acercarle las grabadoras, en medio de los golpes que les propinaban quienes se dijeron “maestros”:

–¿Profesora, ya hicieron las paces? –se le preguntó.

–¡Yo no tengo que hacer las paces con nadie! ¡No tengo guerra con nadie!

–¿Considera que Josefina Vázquez Mota ya aprendió un poco más de educación? –le preguntó una reportera.

–Yo no tengo más opinión. Ustedes tienen derecho a preguntar y yo a responder.

–¿Va a acompañar en otros actos a la secretaria?

–No, no. Entonces, que quede claro: la prioridad del SNTE es elevar la calidad de la educación, insistir en que mejoremos los planes, programas, contenidos, infraestructura, que utilicemos todas las tecnologías, que se capaciten y se preparen a todos los maestros. Y hablaremos con quien sea.

–¿Avala la gestión de la secretaria de Educación?

–Hay una actitud institucional. Yo no tengo que hablar nada. Eso lo tiene que calificar el señor Presidente y la sociedad.

En este inicio de cursos, fue Rafael Ochoa y no Gordillo quien habló y también fue él, a nombre de ella, quien asumió un papel que no le corresponde y se hizo pasar por funcionario de alto nivel.

“¿Saben ustedes dónde se ubica la república de Canadá (en realidad es una monarquía democrática constitucional)? En ese país, en Canadá, hoy, el licenciado Felipe Calderón, presidente de los mexicanos, se encuentra desarrollando tareas importantes; está allá porque está realizando reuniones de trabajo para establecer acuerdos que signifiquen beneficios para todos los mexicanos”, expresó Ochoa.

“Es por ello que en este inicio de ciclo escolar, el Presidente de la República nos acompaña desde ese país y por eso quiero también solicitarles que desde aquí le brindemos un fuerte aplauso para desearle éxito en todas sus negociaciones.”

Mientras Ochoa lanzaba un discurso sobre la necesidad de transformar el sistema educativo, Elba Esther Gordillo y Vázquez Mota rozaron apenas algunas palabras en cuatro momentos diferentes –la secretaria diría después que no conversaron de “nada en concreto, simplemente hemos arrancado el ciclo escolar”–, pues la profesora parecía estar más interesada en hacer gesticulaciones simpáticas a los niños de enfrente de la fila, aunque ese propósito quedó en buenos deseos, no así las miradas que de reojo clavaba sobre la responsable de la política educativa.

Cuando los niños ya comenzaban a inquietarse, a la titular de la SEP le tocó el segundo turno para transmitir el saludo del Presidente y sus “mejores deseos” para que este ciclo escolar, en el que ayer regresaron a clases más de 25 millones de alumnos, sea muy exitoso.

Afirmó que en dicho periodo se deberá consolidar la evaluación de todos los agentes del sistema educativo, y reiteró que todas las escuelas de nivel básico deberán cumplir con 200 días efectivos de clase, como dicta la Ley Federal de Educación.

Este nivel, añadió, dispondrá de 171 millones de libros de texto y materiales de apoyo para desempeñar sus actividades.

Por otro lado, insistió en que la SEP trabaja en el Plan Nacional de Educación y seguirá escuchando las voces de la comunidad en aras de una reforma con calidad y equidad.

En el breve intercambio con reporteros, la maestra todavía se dio el lujo de felicitar la gestión de la secretaria y la voluntad del Presidente para que haya más recursos, así como de exigir la rendición de cuentas de los dineros para la educación y comprometerse a hacer lo propio con los del sindicato.

Y presumió de que ayer mismo partiría a Perú para solidarse con los maestros de ese país, pues el sindicato hizo una colecta para apoyar a los damnificados por el reciente terremoto.

 
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