Presentó en el Festival de Cine de Monterrey, El búfalo de la noche, que está en cartelera
“Trato de introducir formas literarias al cine, no llevar éste a mi escritura”
“La dramaturgia cinematográfica no es un arte menor, yo le pongo rigor y esfuerzo”, asegura el ganador del premio en Cannes al mejor guión por Los tres entierros de Melquiades Estrada
Ampliar la imagen Guillermo Arriaga en Monterrey al terminar la exhibición de El Búfalo de la noche Gino Samaniego
Monterrey, NL, 19 de agosto. En entrevista, en la camioneta que lo llevaría a una firma autógrafos de su libro El búfalo de la noche –luego de agradecer la presencia del público que llenó tres salas de MM Cinemas, en San Pedro, para ver la película basada en dicha obra, dentro del Tercer Festival Internacional de Cine de Monterrey–, Guillermo Arriaga habló sobre su trabajo como guionista, y como escritor de novelas: “Siempre he querido empatarlos, desde el principio”.
En contraste con otras alfombras rojas de este festival, en ésta sí respondió el público. El centro de atención fue Arriaga, quien repartió autógrafos y besos a sus admiradoras, y apretó muchas manos. “Lo que he tratado de hacer es introducir formas literarias al cine, más que llevar el cine a mi literatura. Creo que todo el trabajo que he desarrollado en ambas actividades es literario.
“Lo he venido realizando desde hace muchos años. Creo que en toda obra, de cine o literaria, la herramienta esencial es la palabra, y la conjunción de palabras. El gran descubrimiento de Borges, de hacer inusuales combinaciones de sustantivo con adjetivo, y los avances narrativos que eso significaba, hablan de ese cuidado.
“Por ejemplo, en Rencorosa cicatriz –que fue un salto narrativo– creo que hay una belleza intrínseca en la búsqueda del lenguaje, una precisión para contar las imágenes y los momentos de una vida. Esa es la angustia de un escritor: qué momentos hay que escoger para expresar una vida, qué momentos dejar atrás. Si hay algo importante en el metalenguaje es todo el mundo que subyace, más allá de toda palabra colocada y de cada unión de palabras.”
Dos nuevas novelas
Dijo que tiene en mente otras historias, para dos novelas más. Eso lo alejará del cine. Pero hoy le toca hablar de El búfalo de la noche, largometraje invitado a este festival: “Esta película es un proyecto que generé desde hace muchos años; tardó en gestarse alrededor de seis. De hecho, comencé a idearlo poco después de Amores perros.
“Quería que fuera una película mexicana, dirigida por un primer director, una ópera prima, y pues ahora, en el contexto de todas las expectativas que ha generado mi trabajo, las desavenencias que he tenido con Alejandro –González Iñárritu–, por ejemplo, o a partir del premio en Cannes –donde ganó como mejor guión por Los tres entierros de Melquiades Estrada–, o lo del Oscar, se han creado otras expectativas y le han dado a esta cinta un ambiente extracinematográfico que nos obliga a tener más rigor.
“El búfalo de la noche es un filme de apuesta y riesgo, y me da gusto haber arriesgado por gente que no había hecho cine antes. Para Jorge Hernández es su primera prueba como director. Quiero que mi obra sea definida por mi capacidad de riesgo, y de eso es de lo que quiero que se hable.”
–¿Ya quedaron atrás las desavenencias con González Iñárritu?
–Ya, yo creo que ya; creo que está más que superado.
–¿Por qué no respondió a lo escrito en la revista Chilango, donde González Iñárritu expresa cierto resentimiento?
–¡Porque no tenía ningún caso! Creo que no tiene sentido. Lo que ocurrió fueron cuestiones privadas que debieron quedarse así, y yo no quise seguir con una discusión que me parece estéril. Lo que nos define es nuestro trabajo, nuestra obra.
Está desarrollando dos novelas que, dijo, “me están costando trabajo. El cine se ha convertido en algo que deberé dejar poco a poco para dedicarme a la literatura. Dentro de unos años me dedicaré solamente a escribir novelas. Vivo de tiempo completo para escribir.
“En otra ocasión un amigo me preguntó que por qué había dejado la literatura para dedicarme al cine. Eso nunca ha pasado. ¿Por qué alguien que se dedica al teatro o escribe teatro no le dicen que dejó de dedicarse a la literatura? ¿Por qué la dramaturgia de cine tiene que ser considerada menor? Yo le pongo rigor y esfuerzo a la escritura cinematográfica.”
Lee con mucho placer al escritor cubano Pedro Juan Gutiérrez: “creo que el mundo que refleja es con el que me siento afín, tanto que lo busqué. Le mandé un correo electrónico diciéndole que quería ser su amigo, y ya lo somos, por correo, al menos”.
Los libros de Arriaga han sido traducidos a varios idiomas. “Ese es uno de los mayores privilegios de un escritor. Yo creo que mi esfuerzo es crear un mundo narrativo, cerrado. Pienso que se ha llenado de obsesiones. Por lo menos este mundo ya tiene identidad y ya hay quien lo identifica”.
Vivo de lo que gano como escitor
Sobre la hoja en blanco, expresa: “te das cuenta de que tienes un galón de tinta, pero que se te puede acabar. Mis hijos van a la escuela, mi mujer vive de lo que yo gano como escritor, y pensar que se me pueda acabar es una angustia fuerte. No tiendo, afortunadamente, a la depresión. Nací con Prozac natural y, como dicen los doctores, le echo para adelante. No le tengo miedo a la página en blanco, no le tengo miedo a la crítica, y voy hacia delante”.
Sobre el tema de los recursos para el cine dice: “lo mejor que puede suceder es que no esperemos que el Estado gaste el presupuesto para la cultura, sino que la sociedad exija que se gaste. No le podemos dejar al Estado la responsabilidad de promover la cultura”.