Muestra de la artista en el restaurante Pomodoro Tomatl
Moro hermana comida y pintura en exposición
La pintura necesita ser digerida al igual que la comida. Con ese criterio, Dulce María de Alvarado (Moro) expone óleos sobre papel y sobre tela, así como una intervención sobre el muro, al inicio de la nueva incursión galerística del restaurante Pomodoro Tomatl, de cocina artesanal, mexicana e italiana, ubicado en Río Pánuco 163, colonia Cuauhtémoc, que celebra un año de vida recién remodelado.
La idea fue de René Sánchez Durán, maestro de Moro en la preparatoria, que da clases de historia del arte en Casa del Lago. Una de sus alumnas es la chef Marcela Aguilera, dueña de Pomodoro Tomatl, a quien le platicó de los cuadros “íntimos” de Moro. De hecho, los óleos sobre lino son bodegones que parten de la obra del pintor italiano Giorgio Morandi (1890-1964), mientras que los óleos sobre papel, todavía más pequeños, además de abstractos, tienen su origen en los “cacharros” del artista boloñés.
Otro platillo que Moro ofrecerá en el local consiste en un adelanto de una nueva serie con base en la “apropiación”, por medio del estudio, de la cuadrícula de Paul Klee, eso sí, con los cacharros de su querido Morandi.
La intervención sobre el muro es una obra efímera, que también se planteará a los expositores que la sigan. La entrevistada recuerda que la idea de intervenir el muro fue de Carlos Ashida, que la desarrolló con el título A la pared, de 2004 a principios de 2007, cuando fue director del Museo de Arte Carrillo Gil. De acuerdo con De Alvarado, quien trabajó en el museo con él, la idea “ha prendido”, porque se retoma por todos lados.
La pared del restaurante es chica, de 90 centímetros por tres metros. Para su primera intervención de este tipo, Moro ha hecho un trabajo más bien “conceptual”, pero con pintura. En honor del nombre del lugar, el meollo del asunto, la base son los jitomates, “rojos, maduritos, listos para guisar”. Los condimentos del platillo en ciernes, sin embargo, se presentan de manera gráfica. Es decir, la pimienta, la sal, el aceite de olivo, la albaca, etcétera, etcétera, se manifiestan mediante su solo nombre escrito sobre el muro.
Son condimentos comunes tanto a la cocina mexicana como a la italiana, explica Moro. Fiel a su formato intimista de siempre, la pintora sólo ha aumentado un poco la escala de los jitomates, que son los protagonistas del mural.
Frente al mundo actual, donde impera la velocidad y el córrele para acá y por allá, De Alvarado se pronuncia en favor del nuevo movimiento de la “comida lenta”, que se contrapone a la fast food, en aras de una mejor digestión y convivencia con los demás.