Goran Fregoncísimo
A pesar de que se trata de una cosecha de frutos de la tierra, el aire, el agua y el fuego de los Balcanes, el autor de la música de Underground tiene nombre y apellido: Goran Bregovic, que se pronuncia bregovich y es un fregovich (je), un picudo, un gran chinguetas, un artista del trapecio a lo Kafka que entiende a la perfección el ímpetu kafkiano, que también entiende y lo demuestra en su nuevo libro el maestro Vila-Matas, ese “estar fuera de aquí”, ese universo claroscuro al que nos introduce (no es albur) Bregovic con suavidad/dureza/pasmo/vértigo y encanto.
Los pasajes, por ejemplo, del canto de mujeres búlgaras, no tienen jefecita, son tan sublimes como el vuelo lento de un colibrí en pleno atardecer, el aleteo de una mariposa roja, el beso de un hada. El universo entero que dibuja Bregovic, cuyas capacidades se elevan hasta lo sinfónico y lo operístico, está plasmado en varios discos. Conviene iniciar con Music for films (Universal), cuya portada aquí reproducimos, mientras las aves más hermosas se reproducen escuchando esta música de arcángeles.