Cambio climático transforma el Artico
La última construcción con forma de iglú de todo el norte canadiense, que se encontraba precisamente en Iqaluit, capital del territorio Nunavut, será destruida próximamente para dar lugar a un edificio de oficinas de 5 mil metros cuadrados, necesario para acompañar el auge económico.
“El norte se abre al mundo, la ciudad crece y hay un aumento de la demanda inmobiliaria”, dice Brian Czar, antiguo propietario del edificio que albergó durante 27 años un restaurante de cocina tradicional.
El calentamiento climático y la perspectiva del deshielo de la banquisa, que harían más accesibles las riquezas del Artico, han acelerado la tendencia, atrayendo nuevos habitantes.
El subsuelo ártico podría albergar un cuarto de las reservas mundiales de hidrocarburos aún no descubiertas.
Canadá afirma su soberanía
De momento, compañías petroleras y mineras se pelean por explorar los recursos de estas regiones, y se espera que las empresas forestales se unan próximamente a la tendencia.
También contribuyó a este auge la constitución en 1999 del territorio Nunavut, en las tierras del noroeste, atendiendo reivindicaciones de poblaciones autóctonas.
Así, la creación en la capital de cientos de empleos gubernamentales, atrajo funcionarios de todo el país, y la población de Iqaluit se duplicó, hasta alcanzar los 7 mil habitantes.