Festeja el Ejecutivo cumpleaños con un día de anticipación
Hace un año, antes de escuchar Las mañanitas, el entonces candidato presidencial Felipe Calderón prometió que rebasaría a sus oponentes por la izquierda. Era un momento en que aún no existía la certeza de si sería declarado mandatario electo.
Ayer, acompañado de la nueva familia panista en el poder, el mandatario festejó su cumpleaños 45 (con un día de anticipación, pues hoy viajará a Canadá) y decidió no pronunciar ningún discurso. Platicó de mesa en mesa. Esta vez en un nuevo escenario de incertidumbres: la más próxima es si podrá hablar en su primer Informe.
En Los Pinos se vivió un día agitado: decenas de camionetas de ahora altos funcionarios, con su correspondiente escolta, comenzaron a entrar antes de las tres de la tarde. Adentro, ya esperaban los integrantes del círculo íntimo del michoacano: Juan Camilo Mouriño, César Nava, Alejandra Sota y Maximiliano Cortázar.
Acompañados de sus cónyuges pasaron lista por la puerta cuatro secretarios de Estado, gobernadores (sólo faltó Eugenio Elorduy, de Baja California), legisladores, connotados militantes panistas (como Carlos Medina) y familiares del festejado.
Llegaron representantes de organismos autónomos, como Alonso Lujambio, presidente del Instituto Federal de Acceso a la Información. Pero también hubo ausencias.
-¿Estaba el dirigente panista, Manuel Espino? -se le preguntó al gobernador de Morelos, Marco Antonio Adame.
-No. Creo que estaban personas representativas de su equipo de trabajo y de algunos gobiernos de los estados.
A la entrada, la mayoría de los invitados traía algún obsequio bajo el brazo.
-¿Qué le va a regalar? -se le preguntó al senador Alejandro Zapata Perogordo.
-Un libro -respondió en principio. Después reveló que se trataba de una biografía de Jorge Luis Borges. Hubo quien recordó la pifia de Vicente Fox, aquella del José Luis Borgues, y lo interpretó como una vacuna para evitarla.
Otros optaron por algo más material: "una corbata", comentó Luis H. Alvarez, comisionado para los Pueblos Indígenas, mientras sostenía un envoltorio con la marca Hermes. Algunos más llegaron cargando, como si fueran bebés, botellas de diversos tipos de vinos y licores.
Otros se decidieron por un obsequio que podría llamarse sentimental: "yo le regalé un abrazo, nada más", refirió el gobernador de Jalisco, Emilio González.
"Ya los rebasó, claro"
El estacionamiento reservado para funcionarios de alto nivel estaba saturado, de manera que hubo quien perdió su lugar. El secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, debió entrar a pie, al igual que la titular de Energía, Georgina Kessel.
Lo mismo le ocurrió a la sobrina del Presidente Mariana Gómez del Campo, dirigente panista en la capital, y la conductora de televisión Paola Rojas.
El banquete consistió en sopa de tortilla, chiles en nogada y mousse de mango.
En punto de las cinco, las notas de las trompetas y el guitarrón retumbaron. El mariachi de la Secretaría de Marina se arrancó con Las mañanitas, acompañadas de tronantes fanfarrias.
Antes de que concluyera la fiesta, Luis H. Alvarez habló de aquella promesa de rebasar por la izquierda: "Ya los rebasó, claro", afirmó a la prensa.