Descarrilamiento de tren en Rusia deja 60 lesionados
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El presidente de Rusia, Vladimir Putin, pesca en el río Yenisei, en SIberia, como parte de un tour con el príncipe Alberto de Mónaco
Foto: Reuters
Moscú, 13 de agosto. Un tren de alta velocidad que cubría la ruta Moscú-San Petersburgo descarriló la noche de este lunes, en la región de Novgorod a una hora y siete minutos de la hora programada de su llegada a destino, pero todo indica que no se trata de un simple accidente.
La compañía de ferrocarriles de Rusia (RZhD, por sus siglas en ruso) habla de "causas externas", eufemismo con que da a entender que el Nevsky Express pudo haber sufrido un atentado, la versión preliminar más probable.
El descarrilamiento, que ocurrió a la altura de un puente en el tramo Okulovka-Malaya Vishera, cuando el tren alcanzaba una velocidad de 180 kilómetros por hora, dejó saldo de sesenta heridos, la mitad de gravedad, que requirieron hospitalización.
Según la información más reciente, no hubo -por suerte- víctimas mortales entre los 241 pasajeros y los 20 miembros de la tripulación y personal de servicio. Tres vagones se volcaron por completo, mientras la locomotora eléctrica, que acabó en llamas, y los nueve vagones restantes, al salirse de los rieles, quedaron inclinados sobre un costado.
El testimonio de varios pasajeros, que escucharon un estruendo semejante a una detonación, y el hallazgo de un embudo de un metro y medio de diámetro por uno y medio de profundidad, parecido al que hubiera dejado el estallido de una bomba, reforzaron la hipótesis de que se trató de un atentado, sin que al momento nadie lo haya reivindicado.
La procuraduría rusa y voceros de RZhD, de manera extraoficial, comparten la conclusión de que el tren descarriló por una explosión, pero todavía no tienen indicios de quién y por qué lo habría hecho.
Se integró una comisión gubernamental que deberá esclarecer la causa del descarrilamiento y, hasta que se restablezca la circulación normal en las dos vías inutilizables por ahora, los trenes que cubren la ruta entre la capital y la segunda ciudad en importancia de Rusia son dirigidos hacia Yaroslavl y otras vías alternativas, lo que supone un retraso de seis horas en promedio.