Nombran simbólicamente a una calle José Jiménez
Homenaje al primer muerto de la lucha social en Oaxaca
Oaxaca, Oax., 10 de agosto. La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) -junto con las comunidades eclesiales de base de la Iglesia católica oaxaqueña- realizó hoy por la tarde la Procesión de la Justicia al cumplirse un año del asesinato de José Jiménez Colmenares, considerada la primera víctima del conflicto político-social que vive la entidad.
La marcha fue encabezada por Florina Jiménez, esposa de Jiménez Colmenares y profesora de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), sus hijos, así como por viudas y familiares de otras personas que han perdido la vida en hechos relacionados con el conflicto.
El contingente se detuvo en el lugar donde cayó baleado Jiménez Colmenares, en la calle Niños Héroes, en el barrio del ex Marquesado, para rendirle un homenaje. Se colocó una cruz y una placa para renombrar esa arteria como Calzada José Jiménez Colmenares.
"Siempre nos acordamos de los presos, pero de los muertos casi no decimos nada y merecen un homenaje porque ofrendaron su vida por la lucha del pueblo", dijo uno de los voceros de la APPO, Cástulo López.
Los participantes de la Procesión de la Justicia terminaron su recorrido en la Alameda de León, para después ingresar a la Catedral, donde se ofició una misa.
En el atrio, artesanos de Zimatlán de Alvarez elaboraron un tapete de arena con la imagen de la Virgen de Guadalupe en honor a los militantes de la APPO fallecidos.
Florina Jiménez se quejó de que las investigaciones no avanzan y, por tanto, no se han castigado a los responsables del crimen de su esposo. "Hubo detenidos ese día, entre ellos varios policías, pero luego los dejaron libres", asentó.
La averiguación previa número 46/2006 iniciada por la Fiscalía Especial para Asuntos Magisteriales de la procuraduría estatal echó por tierra las versiones de su ex titular, Rosa Lizbeth Caña, sobre que Jiménez Colmenares, baleado por presuntos policías durante una marcha, murió durante una riña con propietarios y trabajadores de la clínica Santa María por ingresar a orinar al estacionamiento de su bodega.
Según las conclusiones de la autopsia practicada, la víctima recibió nueve disparos de proyectil de arma de fuego, y no uno, como se había dicho.