Continuar el apoyo a AMLO, otro punto de coincidencia entre las corrientes
Buscará PRD la unidad partidista en el congreso nacional de la próxima semana
Las fracciones, ligadas a corrupción y sometimiento político: Ramírez Cuéllar
De cara a la coyuntura que les impone su congreso nacional, a celebrarse la semana próxima, las corrientes mayoritarias del PRD restañan heridas y pretenden llegar a ese cónclave con aparente compostura de unidad, con el objeto de fortalecer a su instituto político frente al proceso interno para elegir una nueva directiva en marzo del próximo año.
Los grupos que conforman al perredismo también manifestaron coincidencia para mantenerse al lado de Andrés Manuel López Obrador y rechazar cualquier intento perverso para alejarlos de su ex candidato presidencial.
No obstante tales posturas, Alfonso Ramírez Cuéllar dibujó con dureza el rostro actual de su partido:
"En el mundo real del PRD, las fracciones están asociadas y son inseparables de fenómenos de corrupción y clientelismo, abuso de poder, desvío de recursos públicos; dinero, sometimiento político a gobiernos y poderes adversarios y manipulación de programas sociales".
Durante un inédito foro denominado Congreso para la unidad, donde se vieron juntos los representantes de todas las corrientes perredistas, Jesús Zambrano, de la corriente Nueva Izquierda, dijo estar convencido de la actitud de unidad de absolutamente todos los integrantes del PRD, y por tal razón impulsará el diálogo respetuoso, franco y constructivo, ausente de descalificaciones sin fundamento, durante la celebración de su congreso nacional.
Entre lo inédito del caso está el que Ifigenia Martínez obligó a sus compañeros a respetar el tiempo designado a cada uno de ellos con objeto de no caer en los tradicionales discursos que agotaban a los oyentes. Con esa medida, el dirigente de Nueva Izquierda -junto con Jesús Ortega- enumeró ocho lineamientos que su corriente seguirá durante el congreso:
"Vamos con una clara y convencida actitud de unidad; el PRD es el principal partido de izquierda que ha construido el pueblo y hoy más que nunca debe postular su definición de izquierda; evitar la consolidación del proyecto conservador de la derecha encabezada por Calderón; construir un bloque democrático y popular progresista.
"La unidad del PRD con los movimientos social y progresista y especialmente con el trabajo de Andrés Manuel López Obrador. Hay quienes en una clara intención perversa atizan a una división o a un distanciamiento del PRD con AMLO y no está en la pretensión de ninguno de nosotros avanzar en esa perspectiva, pues sería un error y un debilitamiento de cualquiera de las partes del movimiento; refrendar la vía electoral como acceso al poder y reformar al partido para que esté a la altura de los retos".
López Obrador, líder del movimiento opositor al régimen
La contraparte de Nueva Izquierda, constituida por la corriente que vio su origen con René Bejarano y hoy sostiene la esposa de éste, Dolores Padierna, convocó a la unidad con objeto de impulsar al PRD como fuerza transformadora de la sociedad y construir, dijo, un poder social que se sustente en acciones estratégicas.
En este tema coincidió en mantener la unidad con Andrés Manuel López Obrador. "En el terreno de la acumulación de fuerzas, AMLO, como líder de un movimiento que significa la posibilidad de terminar con el régimen, es el principal líder opositor a este régimen que combatimos, y por ello el lopezobradorismo tiene el significado de un movimiento político de gran envergadura capaz de acabar con el sistema de dominación y en esta estrategia hace falta el PRD; es la izquierda política más importante, la expresión progresista más sólida, pues tiene un proyecto alternativo".
Al foro asistieron Pablo Franco, Camilo Valenzuela, Carlos Reyes Gámiz, Eloy Vázquez, David Cervantes, Mario Saucedo y Manuel Andrade.
Ramírez Cuéllar advirtió que la crisis del PRD es tal que ya no se resuelve en su seno y con meras regulaciones y acuerdos internos. "Mucho menos bajo el conservadurismo de los cambios que promueve su clase política dirigente".
Destacó que la dinámica al interior del perredismo "ha formado un grupo dirigente cerrado, conservador y que construye una red de protección y un seguro mutuo que se consolida con el intercambio permanente de complicidades. Es un grupo que, consciente del deterioro y la fragilidad partidaria, sólo alcanza a lanzar llamados a nuevos pactos fundacionales, nuevos acuerdos de estabilidad y gobernabilidad".
Al sostener esa idea en el documento que presentó en el foro, Ramírez Cuéllar consideró que los llamados de sus compañeros a la unidad no tienen sustento alguno:
"El nuevo acuerdo al que se convoca es una vulgar cortina de humo para escatimar la fiscalización y el verdadero esquema de controles y contrapesos, de castigos y sanciones. Los escándalos de corrupción, de fraudes y trampas electorales y de trapecismo político nos llegaron y seguirán presentándose con mayor fuerza. Pero esta clase política perredista se protege. Individualiza las condenas, las acusaciones y las acciones. Se somete al partido a una descomposición permanente".