Ciudad Perdida
Operativos contra los pobres
Contrastes en La Merced y la Zona Rosa
Impunes, las redes de los negocios ilícitos
Los cuerpos policiacos de la ciudad de México se vistieron de gloria el martes pasado, cuando en un operativo contra la prostitución se lanzaron en contra de las mujeres que ejercen ese oficio en la zona conocida como La Merced.
Triste papel el de las autoridades que a la luz de los acontecimientos no trataron de cancelar un ilícito, sino de atraer, para fines no muy claros, la atención de los medios de comunicación, mientras una gran parte de la ciudadanía reclama, por ejemplo, mayor rigor en contra de los grandes negocios de la prostitución, que han sentado sus reales en la Zona Rosa.
La Secretaría de Seguridad Pública podrá decir, en su descargo, que cada fin de semana se hacen redadas en la que alguna vez fuera una de las zonas más bonitas y elegantes de la ciudad, lo malo es que la persecución policíaca va, otra vez, en contra de los eslabones más débiles de la cadena de la prostitución.
Sí, la policía arremete constantemente en contra de tarjeteros y borrachos que deambulan por las calles de la Zona Rosa. Los tarjeteros son aquellos que llevan clientela a los negocios donde hay de todo, y para todos los gustos.
Esos lugares no sufren ningún daño, no hay denuncias en su contra, aunque todos sepan que en ellos se ejerce la prostitución abiertamente, que las bebidas son adulteradas, y que se puede conseguir cualquier tipo de droga. Esto además de las estafas a las que se somete a quienes caen en esos antros.
En La Merced, el delegado de Venustiano Carranza, Julio César Moreno, al parecer fue quien pidió la intervención de los uniformados para ir en contra de las prostitutas más pobres, con el argumento de que, en los lugares donde se intervino, se cometía un delito en flagrancia.
Ese mismo argumento podría ser usado por el delegado de Cuauhtémoc para poner un hasta aquí, definitivo, a la organización delincuencial que reina en la Zona Rosa, y que goza de la mayor impunidad, por eso no es posible entender, a cabalidad, cuál es el objetivo de la SSP y la delegación Venustiano Carranza, cuando se ataca a los más pobres.
Claro que siempre podrá decirse que el combate a la delincuencia se debe dar en donde exista, pero lo mejor sería empezar por donde más lastima, y decimos esto no con la intención de plantear que quienes visitan los lugares más pobres deben esperar, sino que las redes más importantes, y desde luego más fuertes de los negocios, que van junto con la prostitución, y que ya citamos, no se hallan en La Merced, pero sí están en la Zona Rosa.
Además la situación de esa parte de la colonia Juárez parece ir en contra de los grandes planes de la Secretaría de Turismo del DF para regenerarla. El supuesto es que la Zona Rosa deberá ser, en breve, un punto de atracción turística, y mientras la inseguridad que provoca ese tipo de antros no sea controlada o erradicada, la Zona Rosa seguirá siendo un lugar violento e inseguro.
De pasadita
El diagnóstico de histeria exacerbada que le han detectado a la delegada de Miguel Hidalgo, Gabriela Cuevas, parece agravarse. Ahora va incluso en contra de sus propios gobernados -nada nuevo si viene del PAN-, a quienes afectará, desde luego, y de inmediato, la cancelación que la funcionaria hizo de los recursos que la delegación proporcionaba a la policía destinada a la vigilancia de las colonias que comprenden Miguel Hidalgo.
Desde luego que la medida tratará de golpear al gobierno central, y ese afán, convertido ya en un mal que ciega el entender de la funcionaria, ahora irá en contra de la gente de la delegación, porque los dineros -18 millones- se invierten en los equipos que necesita la policía para hacer su trabajo. Vaya con la enfermedad de la señora.