Sin mencionar la Operación Milagro, admite carencias nacionales en ese ámbito

Calderón pone en marcha programa para hacer aquí cirugía de cataratas

La meta es atender a 120 mil pacientes por año, con una inversión de $200 millones

Critica insensibilidad de congresistas de EU, que congelaron una reforma migratoria

claudia herrera beltran, (enviada) ernesto martinez (corresponsal)

Morelia, Mich., 9 de agosto. Entre recriminaciones al Congreso de Estados Unidos por haber congelado la reforma migratoria, el presidente Felipe Calderón puso en marcha un programa de cirugía de cataratas, para evitar que más mexicanos viajen a Venezuela a recibir atención de la llamada Operación Milagro.

El mismo día que México hizo otro guiño a Venezuela con la designación de Jesús Mario Chacón como embajador en Venezuela, el michoacano también buscó enviar un mensaje al gobierno de Hugo Chávez de autosuficiencia en materia sanitaria. Anunció así el Programa de Cirugía de Cataratas Volver a Ver, que tiene la meta de atender a 120 mil pacientes por año.

De gira por su estado natal y de visita en Parácuaro, un municipio con alto índice de emigración, también aprovechó para criticar la “insensibilidad” de los congresistas estadunidenses, que hace dos meses suspendieron dicha reforma, pero advirtió que eso representa un “acicate” para redoblar la lucha por el reconocimiento de los trabajadores mexicanos en el país vecino.

A una semana de su viaje a Quebec, Canadá –donde se reunirá con el primer ministro de esa nación, Stephen Harper, y el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, para abordar la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte–, el michoacano revivió el tema de la frustrada reforma migratoria y exigió el pleno respeto a la dignidad de los connacionales.

Felipe Calderón estuvo en casa. Fue recibido con música de banda y un gabán de lana en la meseta purépecha, y en Morelia presenciaron el acto en primera fila su madre, Carmen Hinojosa, y sus hermanos, Luisa María, María del Carmen, Gabriel y Juan Luis.

El jefe del Ejecutivo restrenó el avión presidencial TP01, que estuvo fuera de circulación a causa de labores de mantenimiento, y viajó a Michoacán acompañado de su hijo Luis Felipe.

Desde Parácuaro, municipio donde las familias están divididas a causa de la migración, el mandatario envió un saludo a los millones de michoacanos y mexicanos que están ahora en Estados Unidos y les hizo un reconocimiento porque han arriesgado la vida en busca de un mejor destino para sus familiares.

Aseguró que está con los migrantes y que se equivocan quienes piensan que con la resolución de los legisladores estadunidenses se derrotó la lucha por el reconocimiento de los mexicanos en el exterior.

Exigió al gobierno y al Congreso de Estados Unidos que se reconozca el fenómeno social y económico de la migración, ya que no se podrá detener mientras haya desigualdad de desarrollo entre los dos países y las economías sean complementarias: una intensiva en capital y otra en mano de obra.

Bien sabe mucha gente en el Congreso de Estados Unidos que hoy da la espalda a esta realidad, que la economía de esa nación no podría salir adelante sin la mano de obra de los mexicanos, aseguró.

“Repetimos que no es con muros ni con cerrazón política como se resuelve el problema de la migración y, como dije de frente al presidente Bush: puede más un kilómetro de carretera aquí en Tierra Caliente para detener la migración que 10 kilómetros de barda en Texas o en Arizona.”

Aprovechó para manifestar su pesar por la situación de los seis mineros atrapados en el estado de Utah, tres de ellos mexicanos, y señaló que aquí “oramos por ellos” y por sus familias.

No es para contrarrestar a Venezuela

De ahí se trasladó al hospital Miguel Silva, de Morelia, para anunciar el programa de cirugía de cataratas.

Sin mencionar abiertamente la Operación Milagro, auspiciada por Cuba y Venezuela como parte de la Alianza Bolivariana de las Américas, reconoció que se llegó al extremo de que muchos mexicanos pobres tenían que salir del país a participar en programas de apoyo y de beneficiencia organizados por otras naciones, lo cual evidenciaba el tamaño de la carencia en México.

Anunció así que el gobierno federal destinará 200 millones de pesos anuales a este propósito, y en los próximos cinco meses se realizarán 60 mil cirugías.

Sin embargo, en su recorrido recibió peticiones para que se aumente el número de oftalmólogos en ese hospital, dado que sólo hay cinco y se requieren más para atender a todos los pacientes.

Aunque el secretario de Salud, José Angel Córdova, negó que se busque contrarrestar la Operación Milagro, auspiciada por Venezuela y Cuba, señaló que “lo mejor” es que los mexicanos sean atendidos en su propia tierra.

De acuerdo con el funcionario, el gobierno de Venezuela “no ha llegado ni a mil operaciones”, y México tiene la capacidad para realizar esas intervenciones. “No es por no reconocer lo que hicieron, pero nosotros lo podemos hacer”.

Aunque esta cantidad de operaciones no subsanan el rezago en la materia. El propio titular de Salud estimó que aproximadamente un millón 600 mil personas mayores de 45 años tienen cataratas, y de estos 700 mil padecen ceguera.

A diferencia de Calderón y de Córdova, el gobernador Lázaro Cárdenas Batel agradeció la “colaboración que generosamente” dio el Ministerio de Salud de Cuba, que ha permitido a Michoacán equipar cinco centros en la entidad y realizar 3 mil 733 cirugías.

El mandatario estatal agregó que lo fundamental es que México disponga de los centros y el personal para realizar “en nuestra tierra” esas cirugías.