Considera que las autoridades menosprecian las recomendaciones internacionales
Exhorta Greenpeace a la movilización social en contra de los transgénicos
Sólo una acción ciudadana contundente podrá frenar la amenaza que se cierne sobre la alimentación por las presiones de las trasnacionales para iniciar la siembra experimental de maíz transgénico, dijo Arely Carreón, encargada de la campaña contra los transgénicos de Greenpeace México. "Si no actuamos ahora para proteger este patrimonio no sólo del país sino del mundo, se perderán las razas del maíz, por eso ahora tendremos que hacer entender al gobierno y a las trasnacionales que, de una u otra forma, vamos a defender el grano, cueste lo que cueste".
Al concluir su participación en el inicio de siembra del maíz en camellones, azoteas y macetas en la ciudad de México, cuyo punto de partida fue a un costado de la sede del gobierno del DF, Carreón recordó que desde hace nueve años hay una batalla en contra de la siembra de transgénicos en el país y sobre todo del maíz de Monsanto, Dupont y Cargill; hasta se llegó a la Comisión de Cooperación Ambiental (CCA), por el caso de la contaminación de maíz en la Sierra Juárez, Oaxaca. Dicha instancia internacional emitió una recomendación al gobierno mexicano para que dejara de importar maíz transgénico y que quebrara todo el grano entero; sin embargo, el entonces secretario de Medio Ambiente, Alberto Cárdenas Jiménez, y actualmente secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, dijo que la "CCA no era la Biblia e ignoró la recomendación".
Por eso, abundó la integrante de Greenpeace, "ya no necesitamos recomendaciones sino acciones ciudadanas. Ante la omisión, ignorancia y falta de compromiso de las autoridades para defender al maíz, hay que motivar y movilizar a los ciudadanos".
Tras repartir entre los capitalinos las pequeñas bolsas con semillas de la gramínea como parte de la campaña Sin maíz no hay país. Pon a México en tu boca, con un sencillo instructivo para sembrarlas, Carreón exigió a las autoridades investigar cómo llegaron semillas de maíz transgénico a suelos de conservación de la ciudad de México, y no apresurarse en publicar el Reglamento de la ley de bioseguridad, ya que aún no han definido las zonas de origen del maíz. "Si no hay un control estricto de esta tecnología perderemos la pureza y diversidad del maíz".
No descartó que en los próximos días las empresas trasnacionales pretendan volver a desestabilizar el mercado del maíz, como lo hicieron al inicio del año; entonces la industria podría utilizar esa crisis de alza de precios de la tortilla y falta de abasto para justificar la siembra acelerada del maíz transgénico y decir que son la solución para la producción y para disminuir la pobreza en el campo.