Afectados, banco alemán y fondos de inversión franceses y australianos, entre otros
La crisis inmobiliaria estadunidense tiene consecuencias a escala global
Corresponde a créditos hipotecarios 80 por ciento de adeudos de consumidores en EU
Ampliar la imagen Para autoridades de Estados Unidos aún no es dramático el panorama por la crisis inmobiliaria del país. En la imagen, una casa es ofrecida en venta en Sacramento, California Foto: Ap
Nueva York, 4 de agosto. La crisis inmobiliaria en Estados Unidos, tanto de construcción como de hipotecas, va más allá de los límites de este país: tiene consecuencias a escala mundial; sin embargo, las autoridades aseguran que el panorama no es, al menos por el momento, dramático. "Aparentemente la economía aún no se ha visto afectada", aseguró Randall Kroszner, uno de los gobernadores de la Reserva Federal estadunidense.
No sólo millones de propietarios de viviendas estadunidenses se ven afectados por la caída en picada de los precios de las viviendas y el vertiginoso aumento de las tasas para las hipotecas de alto riesgo (los créditos hipotecarios para estadunidenses de baja solvencia).
La crisis también afecta a inversionistas institucionales, como bancos, fondos de inversión privados, financistas e inversores normales en todo el mundo.
Desde hace meses están bajando presión las acciones de muchos bancos de inversión y otras instituciones de servicios financieros debido a los riesgos y posibles pérdidas difícilmente abarcables, por lo cual muchos propietarios de acciones han resultado afectados.
La calificadora de riesgo Standard & Poor's modificó su perspectiva para la deuda del banco de inversión estadunidense Bear Stearns a "negativa" desde "estable", por la exposición de la entidad al mercado hipotecario de alto riesgo.
A pesar de que Bear Stearns externó su decepción por la decisión de Standard & Poor's, al considerar que la mayoría de los temas destacados por la agencia son comunes a la industria y que es improbable que impacten de manera desproporcionada al banco, sus acciones bajaron más de 7 por ciento inmediatamente después de que se conociera la decisión de la calificadora, con lo que alcanzó su menor nivel desde noviembre de 2005.
Para Phillip Swagel, asistente del Tesoro para política económica, el crecimiento de la economía estadunidense debe ser más sólido en la segunda mitad del año de lo que fue en la primera, aunque el trimestre abril-junio marcaría el punto más fuerte, según destacó.
También el gobierno estadunidense repite una y otra vez que no ve riesgos para la conyuntura local por los problemas en los sectores inmobiliario, de construcción e hipotecas.
Los inversionistas institucionales y particulares financiaron durante años el boom inmobiliario estadunidense con créditos y compras basados en tasas fijas, con el fin de obtener mayor rentabilidad.
En el proceso casi nunca se fijaron en los riesgos crediticios. De acuerdo con cálculos del diario The Wall Street Journal, los consumidores estadunidenses están endeudados por unos 12.8 billones de dólares, de los cuales 80 por ciento corresponde a créditos hipotecarios.
Peligra especialmente el mercado hipotecario de alto riesgo, por más de un billón de dólares. Los inversionistas han prestado un total de 6.5 billones de dólares en forma de créditos hipotecarios, según The New York Post, que advierte que los problemas serán "globales". Alude, entre otros, a las dificultades que atraviesan el banco alemán IKB, así como fondos de inversión privados franceses y australianos.
En tanto, en Estados Unidos ya cerraron unas 50 empresas de créditos hipotecarios. Muchas otras suspendieron totalmente los préstamos, ya que no pudieron obtener nuevos recursos.
La última víctima es la gigante American Hom Mortgage Investment Corp., con sede cerca de Nueva York, que despidió a sus casi 7 mil empleados, con excepción de un pequeño grupo de 750.
En tanto, debido a la escasa disposición a prestar de los inversionistas, también cayeron fuertemente los préstamos a empresas, y las tasas de interés se dispararon, por lo cual los créditos para compañías son más caros.
A los fondos de inversión privados también les cuesta cada vez más obtener nuevos recursos, o deben pagar mucho más por ellos.
Los bancos, que al igual que en años pasados pretendían revender sus propios créditos para adquisiciones a otros inversionistas, se tienen ahora que quedar con ellos y pagar por sí mismos las obligaciones.
De acuerdo con The Wall Street Journal, desde el 22 de junio hubo 46 acuerdos de financiamiento para adquisiciones y fusiones, con un volumen total de 60 mil millones de dólares.
Ninguno de los acuerdos llevó al descarte de fusiones. Según el diario, bancos de todo el mundo poseen créditos por 400 mil millones de dólares para adquisiciones aún no finalizadas, que pretendían vender a otros inversionistas.