No queremos su presa; preferimos morir: indígenas
Acapulco, Gro., 4 de agosto. "Sabemos que (la presa La Parota) va a traer muchas consecuencias; podemos empuñar las armas, y vamos a hacerlo si es necesario. Vamos a morir, pero nuestros hijos van a vivir", sentenció el anciano Simón Valente frente a la secretaria general de Amnistía Internacional (AI), Irene Khan.
"Dígale al presidente (Felipe Calderón) y al gobernador (Zeferino Torreblanca) que no queremos su presa, preferimos morir", agregó contundente el hombre de 80 años, habitante de la localidad de Tazajeras.
Este sábado, una comitiva de AI visitó las comunidades que podrían ser afectadas por la construcción de la presa La Parota. A las nueve de la mañana, Khan y sus acompañantes llegaron a Agua Caliente, donde se reunieron con dirigentes del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a La Parota.
Pese a que no estaba previsto, Khan pronunció un discurso frente al plantón indefinido instalado en Dos Arroyos, en el que señaló que Amnistía Internacional sabe que la presa va a afectar la vida de los campesinos y que éstos deben ser consultados antes de realizarse la obra.
Abel Barrera Hernández, coordinador del Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan, expresó que la presencia de la secretaria general de AI es un aliciente para todas las organizaciones civiles del país y de América Latina que luchan diariamente por la defensa de los derechos humanos de los más pobres y desprotegidos.
Dijo que esperan que al recibir el informe de AI, el Presidente y Zeferino Torreblanca finalmente escuchen la voz de los campesinos indígenas que resultarán afectados si se construye la presa.