La sonda tiene la misión de buscar indicios de vida en el hielo marciano
Phoenix: 50% de posibilidades de fracasar en su viaje a Marte
Mañana será el lanzamiento para un viaje de 10 meses, en mayo de 2008 será la primera nave en posarse sobre el planeta rojo
Espera la NASA encontrar respuestas sobre el cambio climático
Ampliar la imagen Un artista de la NASA generó una imagen de la sonda Phoenix como esperan que luzca sobre el suelo marciano en su búsqueda de vida Foto: Reuters
Washington, 2 de agosto. Que una nave espacial se pose sobre la superficie de Marte es complicado, imprevisible y traicionero. La tasa de éxito lograda hasta ahora está por debajo de 50 por ciento, debido a las malas condiciones atmosféricas y las frecuentes tormentas, informó el director del programa Marte de la agencia espacial estadunidense (NASA), Doug McCuistion.
El sábado 4 de agosto, la NASA lanzará su sonda Phoenix, con la que intentará resolver uno de los grandes enigmas: ¿Hay en el hielo de Marte indicios de vida, como por ejemplo la presencia de microrganismos? En 2002, la sonda estadunidense Mars Odyssey obtuvo desde el aire pruebas para respaldar las teorías según las cuales en las regiones polares del vecino planeta a la Tierra existe hielo bajo la superficie.
Y justamente allí es donde los expertos quieren que amartice Phoenix, una especie de maquinaria de construcción voladora con horno, laboratorio, cámara, cañón láser y estación meteorológica.
El 25 de mayo de 2008, la sonda será la primera nave terrestre en posarse sobre el frío ártico del planeta rojo tras un viaje de casi diez meses.
Allí, durante la primavera y verano se registran temperaturas por encima del punto de congelamiento, por lo que la NASA tendrá tres meses para realizar investigaciones científicas.
Después, la energía solar sólo alcanza como para trabajar cada tres o cuatro días, explicó Barry Goldstein del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena.
Por este motivo, se trabajará con rapidez. Inmediatamente después del amartizaje, serán bajados los paneles solares y una cámara, según Goldstein. El segundo día se desplegará un brazo robot de unos 2,4 metros de largo, cuyo extremo termina en una especie de minipala excavadora.
Con ella, Phoenix raspará primero la superficie. En un minihorno, la muestra será calentada y analizada para determinar su composición química.
Luego, el brazo robot perforará el suelo de Marte. "La pregunta es a qué profundidad se encuentra el hielo. Esperamos que sólo esté a unos pocos centímetros" debajo de la superficie, dijo el científico Peter Smith de la Universidad de Arizona, en Tucson. "Podemos realizar una perforación de alrededor de un metro, pero eso llevará algo de tiempo".
Intencionalmente, la NASA no eligió el polo norte del planeta, permanentemente congelado, como sitio para el amartizaje. El posible ambiente para los microrganismos se encuentra más al sur, sostuvo Smith.
El lugar escogido para que el Phoenix se pose sobre Marte es una planicie relativamente uniforme, sin grandes rocas, que equivale al círculo ártico en la Tierra. Aquí, el robot de unos cinco metros de ancho deberá determinar si el hielo cerca de la superficie marciana se derrite con regularidad, ofreciendo eventualmente condiciones favorables para la vida de los microrganismos.
Phoenix no sólo está buscando indicios de vida. Los científicos también esperan obtener información acerca del cambio climático: ¿por qué un Marte en el pasado húmedo y cálido se transformó en un planeta frío con casquetes polares congelados? Y por último, la NASA también tiene en mente un objetivo de largo plazo. En algún momento después del año 2020, seis astronautas realizarán un viaje al vecino planeta. Por ello, se está buscando un lugar adecuado para amartizar, donde existan además reservas de agua.
Espera de seis años
El proyecto Phoenix en su conjunto cuesta, según McCuistion, 420 millones de dólares, de los cuales 90 millones se gastaron en el robot. La sonda espacial lleva el nombre del mítico Ave Fénix que renació de sus cenizas.
Originalmente, el robot debía haber sido lanzado en 2001 en el contexto del programa Mars Surveyor. Sin embargo, el vuelo fue suspendido después de que el Mars Polar Lander se perdiera en 1999 cerca del polo sur.
Desde entonces, la sonda permaneció en una sala estéril de la empresa Lockheed Martin. Con algunas modificaciones técnicas, deberá resurgir de las cenizas, como el Ave Fénix, y develar enigmas científicos en Marte.